Tenía una orden de alejamiento

Intenta secuestrar a su exmujer en Zaragoza para luego asesinarla a tiros

Le propinó una paliza en el garaje e incluso le encañonó para llevársela en su furgoneta

Fue enviado a prisión al considerar el juez la premeditación del ataque y su agresividad

El agresor dejó escritas tres frases amenazantes en la puerta de un vivienda de esta zona de Garrapinillos.

El agresor dejó escritas tres frases amenazantes en la puerta de un vivienda de esta zona de Garrapinillos. / JOSÉ MIGUEL CALVO

A. T. B.

Marian V. abandonó este pasado martes la vivienda donde reside en Garrapinillos con un objetivo entre ceja y ceja: asesinar a quien había sido su esposa durante 30 años y, después, quitarse su propia vida. A primera hora de la mañana, este hombre de 51 años y nacionalidad rumana decidió armarse con una pistola y dirigirse al domicilio donde reside su exmujer en el barrio de La Paz. Allí esperó su salida para, primero, secuestrarla y amordazarla en la furgoneta y, segundo, tirotearla. El plan fracasó porque entró en escena quien ahora es la pareja sentimental de la víctima, si bien la mujer no pudo librarse de una brutal paliza con puñetazos y patadas de por medio. Incluso Marian llegó a lanzar un disparo contra el novio y encañonó a su ex arrastrándola por el suelo para introducirla en la furgoneta. La liberó por los gritos de los vecinos, quienes comenzaron a increparle.

Poco después se entregó a la Policía Nacional y ayer prestó declaración ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Zaragoza, que ordenó su ingreso en prisión sin fianza como así habían solicitado el ministerio fiscal y la acusación particular ejercida por Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén. A Marian se le imputa un primer delito de asesinato en grado de tentativa, un segundo de coacciones, un tercero de lesiones, un cuarto de amenazas y un quinto de tenencia ilícita de armas.

Sobre la decisión del magistrado titular pesó, por un lado, el hecho de que la escena no acabara en tragedia de milagro y, por otro, la reincidencia de Marian: ya fue condenado en septiembre de 2022 por maltratar a esta misma mujer y sobre él pesó una orden de alejamiento que se dio por cumplida en marzo de este año.

No existe ninguna duda para el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón de que Marian había diseñado un minucioso plan para acabar con la vida de su ex. Hay más. La puerta de la vivienda donde reside el agresor en Garrapinillos lucía con tres frases escritas en rumano y dirigidas hacia Cristina, nombre ficticio de la víctima para salvaguardar su identidad: Cristina e una sola –Cristina es única–, dios stia asta –Dios sabía esto– y Cristina es mía. Con todo ello, del detenido se esbozan algunos rasgos de su personalidad como, por ejemplo, la obsesión por su exmujer y la elevada agresividad.

La agresión se desató a las 09.00 horas en el garaje del bloque de pisos donde reside la víctima en La Paz y fue a primera hora de la tarde cuando este rumano detuvo a una patrulla de la Policía Nacional en Torrero y confesó los hechos informando de que se había pasado con su mujer.

Los agentes encontraron en su furgoneta bridas de plásticos y una quincena de cartuchos para pistolas escondidos en el interior de un bote de plástico. Varios de ellos coincidían con la vaina percutida en el garaje, la misma que recuperó el Equipo de Balística de la Brigada Provincial de Policía Científica y que custodia el Grupo de Homicidios. Por el momento, no se ha encontrado el arma con la que efectuó el disparo si bien el propio Marian admitió a los agentes que la había lanzado a una zona boscosa próxima al Canal Imperial.

La víctima respira ahora tranquila tras ver cómo su agresor permanecerá durante un buen tiempo entre rejas hasta la celebración del juicio. Tal era el riesgo que corría que el sistema Viogén la incluía en un nivel de riesgo alto que el martes se elevó a extremo. Según el protocolo del Ministerio del Interior, este grado de nivel extremo incluye una vigilancia permanence de la víctima, un control intensivo de los movimientos del agresor y el diseño de un plan de seguridad personalizado.