La Audiencia de Alicante ha impuesto siete años de prisión a un vecino de un municipio de la Marina Alta por haber estado abusando durante años de una discapacitada de su pueblo, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. Una situación que llegó a causar secuelas psicológicas a la víctima, que llegó a tener miedo de salir de casa para no encontrarse con el procesado, dado el grado de presión que llegó a ejercer para ella siguiera manteniendo relaciones sexuales con él. El fallo relata que estos actos consistieron en el sometimiento constante a la víctima a actos de persecución y llamadas continuas de teléfono. Incluso llegó a amenazar con revelar las relaciones sexuales ya mantenidas a la familia. La sentencia le impone también el pago de una indemnización de 12.000 euros a la víctima y una orden de alejamiento de nueve años.

La mujer, que tiene en la actualidad 46 años, padece un grado de minusvalía del 65% motivado por un retraso mental ligero. Los magistrados consideran probado que como consecuencia de su discapacidad, tiene alteradas sus facultades mentales cognitivas y volitivas, impidiéndole el correcto gobierno de su persona y de sus bienes. Según la sentencia, el acusado se aprovechó de la discapacidad de la víctima, a la que también manipuló para conseguir sus objetivos, por lo que el consentimiento se prestara de forma libre. El procesado regentaba un bar en la localidad y conocía a la víctima y a su madre porque vendían cupones en las proximidades. Los jueces dan por acreditado que desde el año 2002 hasta julio de 2018, el procesado mantuvo relaciones sexuales con la mujer, con pleno conocimiento de su discapacidad. Para convencerla le daba dinero en efectivo y le recargaba el saldo del móvil.

Los magistrados relatan que la mujer en varias ocasiones se negó a mantener relaciones con el acusado, pero éste hacía caso omiso y la presionaba continuamente. Para estos encuentros, quedaban en un aparcamiento, o bien en las vías del tren para no ser vistos de donde se desplazaban a alguna de las viviendas que éste tenía en municipios vecinos para mantener relaciones sexuales completas. La sentencia considera acreditado que en una de las ocasiones llegó a llevarla a un club de alterne para usar una de sus habitaciones. La existencia de múltiples relaciones sexuales con penetración se considera plenamente acreditado, ya que tanto el acusado como la víctima así lo reconocieron.

Los magistrados subrayan que el procesado tenía 26 años más que la víctima y que decidió sacar provecho de ella para poder satisfacerle sexualmente, sin importarle su vulnerabilidad. De esta manera, ella era una persona con una fuerte dependencia económica, incluso para adquirir pequeñas cosas, lo que la hacía fácilmente sugestionable. "Era conocedor de que aceptaría las relaciones sexuales ofreciéndole mínimas sumas", apostillan.