¿Qué son los radares invisibles que ha instalado la DGT en muchas carreteras?

La DGT lleva meses haciendo uso de nuevos terminales que resultan indetectables

La Dirección General de Tráfico (DGT) se ha propuesto que los conductores respeten los límites de velocidad establecidos en la red de carreteras. Para ello, la DGT lleva a cabo una exhaustiva campaña de control de aquellos tramos en los que se ha detectado que se supera la velocidad máxima permitida.

Además de los radares fijos señalizados y de los móviles que se instalan en puntos concretos, la DGT lleva meses haciendo uso de otros nuevos terminales que resultan indetectables.

¿Qué son?

Se trata de los nuevos radares Veloláser, unos dispositivos que tienen un tamaño muy pequeño y son inalámbricos, por lo que pueden colocarse en autovías, carreteras convencionales y en zonas urbanas. Suele ser frecuente encontrarlos colocados sobre un trípode, en un pórtico o en una cabina lateral. Tienen como objetivo controlar las infracciones relacionadas con los excesos de velocidad en las carreteras.

¿Cómo son los nuevos radares invisibles?

Miden menos de 50 centímetros y pesan unos 3 kilos y disponen de multitud de soportes que les permiten anclarse a coches, motos, guardarraíles, señales de tráfico o pequeños trípodes. Esta es una de sus características básicas. De tamaño muy reducido y acoplables a muchos soportes para pasar desapercibidos. Ya no hacen falta grandes cajas al lado de la carretera ni paneles en los que colgar los radares.

Además de su camuflaje, los radares invisibles son totalmente modulares y móviles. Tienen conexión inalámbrica con la patrulla de tráfico que los está empleando y sus baterías garantizan una autonomía aproximada de 5 horas.