Las universidades públicas aspiran a ofrecer microformación a 60.000 personas de entre 25 y 64 años desde 2024 a 2026

La microformación está incluida en la nueva ley universitaria y corresponde a un mandato europeo.

La microformación está incluida en la nueva ley universitaria y corresponde a un mandato europeo. / GEORGINA ROIG

Olga Pereda

A partir de enero de 2024 las universidades públicas españolas empezarán a ofertar formaciones de corta duración dirigidas a la población de entre 25 y 64 años. Los centros contarán con un presupuesto de 50 millones de euros, procedentes de los fondos europeos, para poner en marcha el ambicioso proyecto y formar así hasta junio de 2026 a un mínimo de 60.000 personas. 

Así lo ha anunciado, hoy en la Universidad de Málaga, el ministro de UniversidadesJoan Subirats, que culmina de esta manera uno de los artículos incluidos en la nueva ley universitaria (Losu), la oferta de los microcréditos, que corresponde a un mandato europeo. 

El objetivo es atraer a las facultades a personas que ya están fuera de la órbita universitaria. Bien porque se graduaron hace mucho tiempo o bien porque, en su día, no pisaron la universidad y se pusieron a trabajar. Subirats ha destacado que estos trabajadores, sin formación superior para matricularse en estudios supueriores, podrán cursar microformación universitaria si previamente acreditan oficialmente en la facultad su trayectoria profesional.

La nueva formación consistirá en cursos de un mínimo de 25 horas (un crédito) hasta los 15 créditos. La idea es hacer que la consabida formación a lo largo de la vida sea, por fin, una realidad. Los microcréditos -un tipo de formación que también ofrece la ley de FP- podrán ser acumulables y tendrán titulación oficial siempre que el alumno la supere.

La formación que ofertarán las universidades estará acorde con las demandas del mercado de trabajo porque el acuerdo logrado tiene la firma no solo del Gobierno y de la conferencia de Rectores (Crue) sino también del Consejo Económico y Social, del que forman parte muchos sectores de la sociedad, incluidas las empresas y los sindicatos.

“Esta es una oportunidad para la gente de 25 a 64 años de recibir formación de calidad. Es una iniciativa muy necesaria dado que el mercado laboral es cambiante. No solo se trata de aprender sino de brindar igualad de oportunidades e inclusión”, ha destacado la presidenta de Crue, Eva Alcón, catedrática de Filología inglesa y rectora de la Universidad Jaume I de Castellón.

Actualmente, la mayoría de los alumnos de las universidades se sitúan en la franja entre los 18 y 25 años, pero un porcentaje nada desdeñable, el 14,4% (193.638 estudiantes), tienen más de 30 años. La nueva normativa quiere atraer a las aulas, precisamente, al alumnado de más edad.

La caída de la natalidad en España y el alto nivel de competencia (50 universidades públicas y 34 privadas) están provocando la urgente necesidad de captar nuevos estudiantes. Con ese objetivo, España -y toda Europa- tiene también la mirada puesta en América Latina para poder jugar en la misma liga que EEUU, que, de momento, sigue siendo el destino favorito de los estudiantes universitarios latinoamericanos.