Con puntualidad británica y sin variar ni una línea del orden del día, arrancó la mañana de audiencias en el Hotel de la Reconquista de Oviedo. Los reyes salieron de su habitación para dirigirse a la primera planta del hotel, en cuyo salón principal estaba programada la recepción a los condecorados con las Medallas de Asturias 2014 y a los estudiantes ganadores de los Premios Extraordinarios 2013 de la Universidad de Oviedo. Don Felipe, de gris. Doña Letizia, de blanco y negro. El rey apostó por una camisa en un azul suave, con una ligera raya diplomática en blanco, y una corbata en tonos ocre. La reina eligió un vestido de su diseñador de cabecera, Felipe Varela, que ya lució en la ceremonia de abdicación del pasado junio, su último acto como princesa de Asturias, y en el almuerzo previo a la entrega del Premio Cervantes. Un diseño en "black and white", con bordados de mariposas y flores en azabache, falda lápiz, cuello redondo y manga francesa. Una silueta muy habitual en doña Letizia y que, como en anteriores ocasiones, combinó con unos stilettos de Magrit en color nude.

Aunque fue la segunda de las audiencias, fue la más "movida". Los estudiantes consiguieron poner en jaque a los reyes. "Les regalé una chapa como las que llevaremos esta tarde en las marchas de la dignidad, con el mensaje "Ponte en marcha, 22-M". La reina me preguntó si era para ella o para la princesa y le dije que para la princesa. A ver si así le explican qué son estas marchas y qué es lo que está reclamando de verdad ahora el país", explicó Pablo Trabadelo, un joven de 23 años, premio fin de carrera de Fisioterapia. También Víctor Fanjul Hevia, premio extraordinario de Biología aprovechó la ocasión para recordar a los reyes las dificultades laborales de los jóvenes de hoy. "Nos dijeron que éramos el futuro del país, pero les dije que los recortes y la falta de recursos impiden a muchos jóvenes como nosotros llegar a la universidad y labrarse un futuro. Reconocieron que no es una situación que les agrade, pero que cambiará pronto". En el turno de las medallas de Asturias, Miriam Fernández, hija de Manuel Fernández López "Lito", que falleció el pasado junio y recibe el reconocimiento a título póstumo, fue la persona que consiguió el saludo más afectuoso de los reyes. "Somos amigas de toda la vida. Fuimos juntas al colegio, me invitaron a la boda y siempre que viene, intenta sacar un hueco para que nos tomemos un café", comentó la joven. "Fue una charla muy cercana. Hablamos de la solidaridad, de los comedores, de los cooperantes. Parecía que estábamos en una Iglesia hablando de hacer el bien", comentó el Padre Ángel, medalla de oro 2014. "La reina se interesó mucho por el tema lácteo. Dijo que estaba preocupada por la mala publicidad que se estaba haciendo de los productos animales", afirmó el ganadero José Ramón Badiola, medalla de plata. "Se interesó mucho por el tema de la nutrición. En cómo repercuten los alimentos y los productos naturales al cuerpo", explicó el industrial Tomás Casado, también medalla de plata.