La Asociación del Santísimo Cristo de la Misericordia ha celebrado, con solemnidad y profundo respeto, la procesión que recorre las calles de la ciudad de Toro en la noche del Domingo de Ramos.
La hermandad más joven de cuantas participan en la Pasión compartió con los toresanos sentimientos que afloran en la Semana de Pasión, durante el solemne vía crucis que celebró en el interior de la iglesia de San Julián de los Caballeros y que fue seguido por los asociados y fieles devotos.
La imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, vestida con una túnica blanca, presidió el altar mayor del templo durante el rezo del vía crucis y miembros de la Asociación portaron una cruz con la que recorrieron las diferentes estaciones, en un ambiente sereno que invitaba a los toresanos presentes a la oración, la reflexión y el recogimiento.
Tras la oración en el interior de la iglesia, los asociados iniciaron el recorrido procesional, que fue seguido por numerosas personas en las calles de la ciudad, en el que el ritmo lo marcaron los músicos de la Banda La Lira.
Ataviados con túnicas negras y escapulario de color granate, el característico del Domingo de Ramos, los hermanos de la Asociación han desfilado por la calle El Sol, Santa Marina, Amor de Dios, Arco del Postigo, calle Antigua, plaza de los Cubos, Perezal, plaza Bollos de Hito y San Lorenzo, para regresar al templo de salida.
La Asociación del Santísimo Cristo de la Misericordia procesionó por primera vez en Toro en la noche del Domingo de Ramos de 2016, tres años después de que adquiriera, con la parroquia de San Julián de los Caballeros, su imagen titular a una cofradía de Jerez de la Frontera.
La talla , de autor anónimo, fue realizada en torno al año 1930 y perteneció a una cofradía, ya extinguida, que la exponía al culto.
Posteriormente, la imagen pasó a otra cofradía de la localidad jerezana aunque, al poco tiempo, fue retirada tras el encargo de una nueva para la hermandad que entonces ostentaba su propiedad.
A pesar de su procedencia andaluza, la Asociación y la parroquia de San Julián de los Caballeros decidieron adquirir la imagen, una talla de bastidor realizada en terracota policromada, tras valorar que encaja dentro del patrón iconográfico característico de Castilla y León.