Entre palmas y vigorosas ramas de laurel, “La Borriquilla” recorrió las calles de Toro, en una de las procesiones más alegres y participativas de cuantas se celebran durante la Semana Santa.
La Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad decidió mantener este año el tradicional reparto de laurel y, en los momentos previos al inicio de la procesión, distribuyó entre los toresanos ramas que, junto a las palmas que en el desfile portaron los más pequeños, fueron bendecidas en el exterior de la iglesia de Santo Tomás Cantuariense.
Acto seguido, comenzó la tradicional procesión del Domingo de Ramos, durante la que los cargadores portaron a hombros la entrañable imagen de Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén a lomos de un asno, conjunto escultórico del siglo XX y de autor anónimo.
La Banda de Música La Lira acompasó el ritmo de desfile con las marchas procesionales que interpretó durante todo el recorrido, que discurrió por la calle Corredera, plaza de Santa Marina, calle Puerta del Mercado y Plaza Mayor, desde la que se dirigió a la Colegiata, en la que fue oficiada la misa del Domingo de Ramos.
Las agradables temperaturas registradas en la ciudad contribuyeron a ensalzar una de las procesiones de la Semana de Pasión en las que más se implican los toresanos y, de forma especial, los niños que, acompañados por sus familiares, arropan al querido paso de “La Borriquilla” en su recorrido triunfal por Toro.
