La Opinión de Zamora

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Rosa María Piorno Carral Pregonera de la Semana Santa

“Las procesiones de Toro son más cercanas, sencillas y del pueblo”

“Cuando era joven, el Jueves Santo me levantaba a las tres de la mañana para rezar y ese momento de sosiego era vital para mí”

Rosa María Piorno Carral, pregonera de la Semana Santa de Toro

Nació en la céntrica plaza de Santa Marina y, aunque reside en Ávila, mantiene un estrecho vínculo familiar y sentimental con Toro. Rosa María Piorno pregonará este sábado, a las 20.30 horas en la Colegiata, la Semana Santa de Toro, una fiesta que, por sus férreas convicciones cristianas, vive con mucha intensidad.

A sus 72 años, Piorno disfruta de su jubilación, tras un vida profesional dedicada principalmente al sector del turismo, aunque también ha trabajado como “gobernanta” en un colegio diocesano en Ávila. La pregonera define la Semana Santa de Toro como muy sencilla, cercana, austera y, sobre todo, muy popular, aunque también reconoce que es un magnífico escaparate turístico para promocionar la ciudad.

–Hace años ya pregonó la Semana Santa de Toro, ¿su reelección supone una doble responsabilidad?

–Sí, porque no puedes leer el mismo pregón. Creo que la responsabilidad es aún mayor, porque ya han pasado casi veinte años desde el primer pregón y, con el paso del tiempo, las convicciones están más asentadas, todo va madurando y me siento más responsable.

–¿Qué mensaje quiere transmitir a los toresanos con el pregón que esta noche leerá en la Colegiata?

–Fundamentalmente, que Dios nos ama, que su amor es infinito y que tenemos que corresponder a ese amor con nuestra vida, con nuestro ejemplo y con la manera de vivir.

–¿Cuál es su vinculación personal con la Semana Santa de Toro?

–No soy cofrade porque en otra época las mujeres no podían formar parte de las cofradías y participar en ninguna procesión, aunque me hubiera gustado. Mi abuelo, mi padre, mi tío y después mi hermano, mis hijos y sobrinos, todos son cofrades.

–¿La Semana Santa ha perdido en parte su esencia religiosa?

–Creo que lo que ha cambiado es la sociedad y no la Semana Santa. En el pregón también recuerdo que antes la Cuaresma formaba parte de la Semana Santa como una preparación que se vivía en las casas con los ayunos o las bulas, algo que ahora no se vive a la misma manera. Antes la gente estaba más vinculada a la Iglesia que ahora. La sociedad es la que ha cambiado y, nos ha llevado a ser, en principio, un poco mas laicos y eso lo acusa la Semana Santa. No todas las personas que forman parte de una cofradía son personas comprometidas con su fe, aunque todas estén bautizadas. No obstante, siempre digo que el que va debajo del capirote, aunque le guste por alguna razón que no tiene que ver que con la religión, merece una recompensa porque cuesta mucho salir en una procesión

–¿Los cofrades de una hermandad deberían ser también buenos cristianos?

–Debería ser así, pero repito, los caminos de Dios son un misterio y no sabemos cuándo Dios llama a las personas y en qué lugar.

– A nivel personal, ¿cómo vive la Semana Santa de Toro?

–La Semana Santa la vivo de una manera muy intensa porque siempre hemos ido a Toro en Semana Santa y seguimos yendo. En el pregón hablo de mis vivencias de juventud, vivencias muy arraigadas y relacionadas con las procesiones o los actos litúrgicos y los oficios. Ahora la vivo de la misma manera, aunque también intento transmitir esas vivencias a mis hijos y nietos.

– ¿Qué momento o qué acto vive con especial intensidad de todos los que organizan las cofradías de la ciudad para celebrar la Pasión?

–Puede ser el Jueves Santo. Recuerdo cuando era joven y me levantaba a las tres de la mañana para ir a rezar. Ese silencio, ese momento de sosiego en el que estaba con el Santísimo expuesto para mí era vital. En la actualidad, las iglesias ya no están abiertas por la noche y eso ya no se puede hacer, pero los oficios que se celebran el Jueves Santo para mí tienen un valor muy grande. También vivo de forma especial la procesión del Viernes Santo por la mañana, porque participo activamente. Es la procesión que, en mi casa, siempre hemos vivido con mayor intensidad.

– ¿Qué diferencia a la Semana Santa de Toro de las que se celebran en otros lugares?

–La verdad es que solo conozco la procesión del Viernes Santo por la tarde de Valladolid y una del Jueves Santo por la noche de Zamora. La diferencia es que la de Valladolid es un espectáculo, a la que no le quito mérito religioso, pero es un magnífico espectáculo en el sentido de que los pasos son extraordinarios y los cofrades van vestidos con unas túnicas estupendas. La que conozco de Zamora me pareció que había muchísimos nazarenos y una imagen de Cristo y está muy bien, pero me parece más un espectáculo que otra cosa. La Semana Santa de Toro es muy sencilla y no hay color. Aunque nuestros pasos tienen su valor porque son de artistas importantes, las procesiones de la Semana Santa de Toro son mucho más sencillas, mucho mas cercanas y más del pueblo.

– ¿La Semana Santa de Toro se relaciona directamente con la identidad de la ciudad y de los toresanos?

–Creo que sí, porque la gente sencilla trata de plasmar sus vivencias de una manera o de otra. Lo digo incluso en el pregón, las procesiones en Toro no se preparan, nadie ensaya un paso, pero al final salen todas las procesiones. Como digo, la Semana Santa de Toro es muy popular y se puede relacionar directamente con la identidad del pueblo.

Como experta en el sector turístico, ¿cree que la Pasión es un escaparate para promocionar la ciudad?

–Totalmente. Todas las Semanas Santas son un escaparate turístico, lo que no quiere decir que no tengan carácter religioso o que sean una muestra de nuestra fe y de sacar a la calle lo que nos mueve en nuestra vida. Los caminos de Dios son insondables y, a través del turismo, también se llega a Dios.

¿La Semana Santa de Toro puede aspirar a ser reconocida como fiesta de Interés Turístico Nacional?

–La verdad es que no lo sé. Sinceramente ese tipo de títulos no me dicen nada, salvo de cara al turismo. Para mí la Semana Santa es algo más que eso. El hecho de obtener un reconocimiento para la Semana Santa de cara al turismo me parece muy bien, pero no es una aspiración que para mí sea importante y creo que tampoco debo tenerla.

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