“Los conductores de todos los pasos de Jesús Nazareno, al llegar a la altura de Mariano Benlliure, giraban y agachaban para hacerle hasta tres veces la reverencia. Y al llegar Redención, la emoción de las gentes estalló en un aplauso. Un espectáculo imponente, y hay que tener en cuenta que Zamora no es un pueblo efusivo ni entusiasta”. Así fue como los zamoranos recibieron, según las antiguas crónicas de EL CORREO DE ZAMORA, la imagen que el más famoso escultor del momento, el valenciano Benlliure, realizó para La Mañana. “El redentor camino del Gólgota” o, como se la empezó a llamar desde que llegó a la capital del Duero desde Madrid, Redención. De su estreno se cumplen ahora noventa años.

La escultura es la imagen de más valor artístico de las que Jesús Nazareno atesora en su patrimonio y una de las más bellas de la Semana Santa de Zamora. Obra cumbre de su autor, la elaboración de Redención fue un verdadero camino de obstáculos para La Congregación y para la ciudad entera, deseosa de contar con una nueva obra del artista valenciano. La primera, El Descendido, se la encarga el Santo Entierro por 12.000 reales siendo Benlliure entonces un joven de quince años. Cuando Jesús Nazareno acude ante el escultor se dirige ya a un artista consumado con cerca de setenta años. Ni la economía era la misma ni el caché de Benlliure se podía asemejar al que tenía años antes. El precio, por tanto, tampoco. 25.000 pesetas le costó a la Congregación la imagen y otras 20.000 la mesa, ambas piezas concebidas como una sola por parte del artista.

Boceto de la obra. | “Pasos e imágenes de la Congregación”

Pero conviene ir por partes. El alcalde de Zamora en 1911, García Piorno, se dirige al artista indicándole “los deseos de la ciudad de poseer otro paso suyo”. Benlliure contesta y asegura que “está dispuesto” a realizar la obra “solo por el coste de los gastos que ocasione, y prescindiendo de todo lucro”, según apunta José Andrés Casquero en su libro “Pasos e imágenes de la Congregación”. El Ayuntamiento encabeza la suscripción popular pero el proyecto se malogra por el escaso éxito de la iniciativa.

El encargo se detiene unos años y, en 1926, Jacinto González Justel trata directamente con Benlliure, ya se habla de un paso para la cofradía de Jesús Nazareno y del precio, que será de 25.000 pesetas. Las cosas empiezan a torcerse porque la Junta de Fomento, que iba a pagar el paso, se declara sin fondos. La Congregación, entonces, se propone buscar a cincuenta personas que, a razón de 500 pesetas cada una, cubrieran las 25.000 que exigía el artista. Lo que cristaliza de esto es la ruptura de las relaciones entre Jesús Nazareno y la Junta de Fomento. La Congregación necesita dinero e incluso pide permiso al obispo de Zamora para vender “dos túnicas y un manto, de terciopelo morado las primeras y negro el segundo, así como unas maderas que se hallan en la iglesia de San Pablo”.

Salida de Redención, en 2014, con la Cofradía de la Vera Cruz. | Emilio Fraile

Redención se había convertido ya casi en una obsesión para Jesús Nazareno y, tras muchos obstáculos, el 1 de octubre de 1930 se realiza el encargo formal. La recaudación sigue siendo el asunto más espinoso, pues las instituciones no colaboran, como les pide La Mañana, y algunos de los hermanos que iban a entregar las 500 pesetas deciden no hacerlo. En enero de 1931 se entregan 4.000 pesetas a Benlliure por los trabajos ya realizados y el 31 de marzo, Martes Santo, “El Redentor camino del Gólgota” llega a Zamora para exponerse en el Museo Provincial de Bellas Artes, donde fue bendecido por el obispo. El Viernes Santo “debuta” en las calles de la ciudad.

Carta por la que Jesús Nazareno pide permiso para vender bienes y sufragar la obra. | LOZ

Carta por la que Jesús Nazareno pide permiso para vender bienes y sufragar la obra. | LOZ

Benlliure presenta en Zamora un paso que se aleja de la imaginería tradicional, en la que Cristo evidencia síntomas de dolor. Son tres imágenes las que componen la escultura. Tallado el tilo de Cuba, Jesús carga con la cruz. Simón de Cirene le ayuda con la carga mientras que María Magdalena, tirada en el suelo, se lamenta —las dos últimas figuras están talladas en caoba—. Todas ellas están esculpidas a tamaño natural, midiendo Jesús una estatura de 1,82 metros de alto. La cruz es de grandes dimensiones y mide cerca de tres metros y metro de largo y 1,80 de travesaño. En la unión de brazos y pie el paso cuenta con uno de sus grandes elementos de distinción. Una pieza de latón dorada juega la doble función de permitir al espectador presenciar la parte de la cara de Cristo que queda del lado del madero y, a la vez, ensalza la divinidad de Jesús.

En la escultura, Jesús camina erguido, con la mirada fija en el cielo, sereno, asumiendo el sacrificio que se avecina. Aunque la cruz se evidencia como una carga pesada, Cristo parece no sufrir con el peso sobre sus hombros. No así Simón de Cirene, que en su rostro y en la posición de su cuerpo muestra el gran peso del madero. Cruz que, como recuerda Casquero en la obra citada antes, Benlliure esculpió con hacha.

María Magdalena. | “Pasos e imágenes de la Congregación”

La mesa merece capítulo aparte. Empujada hoy por seis hermanos, fue concebida para llevar a pulso con unas barras de hierro que se acoplaban a la estructura. El espectador todavía puede hoy ver los huecos en los que se debían de introducir las barras. El peso del grupo escultórico obligó a introducir las ruedas. Los autorrelieves representan las obras de misericordia: visitar al enfermo, dar de comer al hambriento y de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo y enterrar a los muertos. La fe, caridad y esperanza también están representadas.

Simón de Cirene. | “Pasos e imágenes de la Congregación”

Redención atrae las miradas en el Museo de Semana Santa, donde ahora se encuentra, y más en la calle, por donde procesiona en la madrugada del Viernes Santo. La belleza del paso es valorada evidentemente por La Mañana, pero también por otras cofradías de la Pasión. En 2014, sin ir más lejos, la Vera Cruz incluyó la escultura en su desfile coincidiendo con la retransmisión que a nivel nacional hizo Televisión Española. Una imagen que, en definitiva, añadió a la Semana Santa de Zamora un prestigio que aún conserva.