El Cristo Yacente ya procesiona por las calles de la ciudad tras salir de la iglesia de Santa María la Nueva media hora más tarde de lo previsto. Con una urna para proteger la talla, la hermandad ha optado por procesionar pese a la lluvia y arropados por cientos de personas que, paraguas en mano, han aguardado para un año más rendir homenaje al Yacente. El canto del Miserere en la Plaza de Viriato es de momento una incógnita, aunque los hermanos están decididos a cumplir con la tradición.