Los actos del Lunes Santo de Zamora los cierra la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte con su solemne procesión de estética monacal. La estética no solo es en la forma de vestir de los hermanos, sino que se mantiene en la composición del desfile. La iluminación de las teas, que impregnan de olor a cera y parafina la ciudad, junto con el crucificado del siglo XVI, son los aspectos más destacados del desfile.

A las doce de la noche se inicia el desfile procesional en la iglesia de San Vicente Mártir, para continuar por la plaza del Fresco, calle de Mariano Benlliure, Plaza Mayor, Balborraz, Zapatería, Plaza Santa Lucía, donde el Coro de la Hermandad, entonará el "Jerusalem, Jerusalem" en honor del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, para seguir por la Cuesta de San Cipriano, Chimeneas, Doncellas, Moreno, Damas, Hospital, Plaza Santa María la Nueva, Motín de la Trucha, Ronda de Santa María la Nueva, Arco de Doña Urraca, Plaza de la Leña, Ramón Álvarez, Costanilla, Mariano Benlliure, Plaza del Fresco, para retornar al Templo de salida.

La hermandad se fundó en el año 1974 por un grupo de jóvenes zamoranos, que procesionaron por primera vez un año más tarde. Los cofrades llevan una túnica y cogulla de estameña blanca, faja de arpillera y portan teas durante el recorrido procesional. El coro de la hermandad de la Buena Muerte entona obras de Enrique Satué y Miguel Manzano.