Pocos son los hogares zamoranos en los que durante estos días no puede aspirarse el olor de las aceitadas nada más abrir la puerta. Por su sencilla elaboración, estas pastas se han convertido en uno de los bocados más típicos para acompañar el café en los días de Última.

Además de un litro del aceite, el producto que da nombre a este postre, para elaborar una bandeja de aceitadas solamente se necesitan dos kilos y cuarto de harina, un kilo de azúcar, media docena de huevos, esencia de anís y un sobre de levadura.

Se elabora una masa con el azúcar, la harina y la levadura y poco a poco se le van incorporando los huevos, el aceite y el anís. Cuando la masa está hecha, en la bandeja del horno se hacen las aceitadas de forma redondeada y del tamaño que se desee. "Aquí las hacemos pequeñas para ponerlas junto al café como un pequeño detalle, pero también se pueden hacer grandes para merendar", comenta Rafael Rivera , jefe de cocina del restaurante Sancho II, situado en la plaza de la Marina, que estos días ofrece platos típicos de la Última de Zamora. Una vez que las formas están hechas y, tras aproximadamente media hora de horno, ya podremos disfrutar de uno de los platos que identifican la gastronomía zamorana de Pasión en toda España.