Opinión

La obsolescencia programada llega a la residencia los Tres Árboles

La vida útil que le dan los fabricantes a un producto para que deje de funcionar en un periodo de tiempo

ENTRADA PRINCIPAL DE LA RESIDENCIA DE "LOS TRES ARBOLES"

ENTRADA PRINCIPAL DE LA RESIDENCIA DE "LOS TRES ARBOLES"

La residencia de mayores de los Tres Árboles, que está en pleno y lleno funcionamiento y con listas de espera para entrar desde hace años, se ha quedado obsoleta. Pese a la necesidad de plazas para mayores de Zamora, obligados a ir a pueblos lejanos o a otras provincias los últimos años de su vida, la Junta ha decidido cerrarla y devolvérsela a su dueño, que parece ser el Estado obsoleto que la construyó. La razón esgrimida es que se ha quedado obsoleto el modelo de atención a mayores y personas dependientes que levantó en su día la residencia con más plazas de la provincia, y se apuesta ahora por residencias más pequeñas y similares al entorno familiar.

En definitiva, que se cierra pese a que se ha ido adaptando con nuevas inversiones públicas, renovados usos y recientes palabras: se construyó un nuevo edificio para atender la dependencia; se dedicó en parte a la atención temporal para la recuperación tras intervenciones quirúrgicas, y cambió el nombre de pensionistas por el de mayores, a la vez que perdió el de la institución que lo construyó, la Seguridad Social, cuando se transfirieron las competencias desde el Estado a las comunidades autónomas.

Pese a que aumenten las necesidades y la demanda de plazas, en lugar de adaptar el edificio al nuevo modelo por número de habitaciones en cada planta, por ejemplo, habilitando espacios más pequeños y cercanos para comer y para estar en cada piso a la manera de una familia ¡Nada de eso! Se cierra y se devuelve a su dueño para otro uso que no sea el actual con el éxito que tiene ahora mismo.

Pareciera ser objeto de especulación por estar tan bien situado dentro de la ciudad, con amplios jardines y espacios comunes, y con habitaciones desde las que admirar el paisaje más allá del río Duero. O bien ha caído en el modelo capitalista de la obsolescencia programada por el cual hay que tirarlo porque ha acabado su vida útil y hay que construir otra residencia. Se trataría en este caso de una obsolescencia programada en diferido (esto me suena de algo, lo de en diferido).

En muchos pueblos de la provincia, todavía los consultorios médicos obsoletos andan en busca de finalidad, algunos reconvertidos en comedores sociales

La obsolescencia programada es la vida útil que le dan los fabricantes a un producto de manera planificada, para que deje de funcionar en un periodo de tiempo, se quede obsoleto o anticuado, y tenga que repararse o fundamentalmente cambiarse. Es decir: el modelo de usar y tirar.

Lamentablemente, no es el único caso de obsolescencia en Zamora. En la capital hace años cambió el modelo carcelario de la obsoleta cárcel de la carretera de Almaraz y se trasladaron los presos a la megaprisión de Topas, dejando un edificio infrautilizado. También el edificio del CEI –enhorabuena por los premios obtenidos en mecatrónica- se quedó semiobsoleto al desaparecer el modelo de las Universidades Laborales. O cuando hemos visto las grandes inversiones del AVE, a la vez que se deja morir la vía convencional que en su día también fue objeto de costosas inversiones públicas y se ha quedado obsoleta.

En muchos pueblos de la provincia, todavía los consultorios médicos obsoletos andan en busca de finalidad, algunos reconvertidos en comedores sociales de nombre también ya obsoleto. Y las unitarias escuelas obsoletas se reconvirtieron en teleclubes que, tras la generalización de las televisiones en las familias, se quedaron de nuevo obsoletos y hubo que llamarlos centros cívicos o algo así.

Algunos de esos cambios programados ideológicamente, se siguen cuestionando ahora desde la sociedad, que sigue demandando la apertura de los consultorios médicos en su pueblo, y la calidad del modelo educativo de la escuela rural en escuelas unitarias, como ha sucedido en el congreso de educadores rurales recientemente.

Estos cambios que, como el de la residencia de los Tras Árboles, se han ido produciendo, podrían ser casuales o planificados para prestar mejor los servicios. Pero muchas personas ya sospechamos desde el principio que podrían ser objeto de obsolescencia ideológica programada, incluso antes de que se hubiera inventado ese concepto. Porque siempre servían para reducir los puestos de trabajo a la vez que se gastaba dinero público y se beneficiaban los constructores. Y porque podrían haberse mantenido aumentando la oferta: mantener los consultorios junto a los nuevos centros de salud comarcales, o –volviendo a la residencia- mantener la de los Tres Árboles además de la que se construye en el campo de fútbol del obsoleto nombre CEI o Laboral Nueva en su día.

Usar y tirar o la obsolescencia programada es la aplicación de un modelo esencialmente capitalista de producción constante, que sin embargo no se aplica a sí mismo. Efectivamente, lo único que se renueva es el capitalismo, que consigue adaptarse y reinventarse para mantenerse en forma y actualizarse.

Por si alguien considera que el capitalismo es una palabra obsoleta –¡qué más quisiéramos!– lo cierto es que la obsolescencia programada lleva años instalándose en nuestra vida cotidiana, donde cada vez decimos más la frase "no merece la pena arreglarlo", cuando el coche empieza a dar guerra con las averías, se estropea un electrodoméstico en casa, no funciona el ordenador, se rompen los tacones de los zapatos, se estropea una cremallera o se descose un vestido.

Y si crees que merece la pena echar un parche a lo estropeado, enseguida acabarás diciendo "no hay donde llevarlo a arreglar". Porque han desaparecido los oficios de reparaciones de todo tipo: de pequeños electrodomésticos, zapateros, modistas y mercerías, talleres, artesanos y pequeños comercios de todo tipo. Todos los que hoy también ponen el cartel de se vende o se alquila en pueblos y ciudades ¡Porque esto no tiene arreglo! Y por eso tiramos la tele y los zapatos.

La obsolescencia programada existe y la reconoce el propio sistema capitalista en el caso de los fabricantes, que programan la vida útil de sus productos para seguir fabricando y vendiendo otros nuevos.

Pero yo quería alertar de la obsolescencia programada porque creo que existe también en las decisiones políticas planificadas para imponer un modelo. En los pueblos de la provincia cuando vemos que en nuestra zona rural se invierte en nuevos modelos de producción de energía a la vez que disminuyen servicios y población ¿Están obsoletos nuestros pueblos? En Zamora cuando se cierran comercios de proximidad y se instalan grandes superficies ¿Están obsoletos nuestros comercios y nuestros talleres?

La obsolescencia programada política me lleva a pensar incluso más allá: que las guerras se declaran para seguir produciendo armas en una especie de ley de la oferta y la demanda. Es sólo una sospecha, basada en que las empresas armamentísticas y los países donde están instaladas son las únicas beneficiadas de las declaraciones de guerras en otros países. Y en que parece que ya no sirven las armas convencionales, sino que hay que fabricar otras en una guerra de drones y misiles dirigidos a distancia por la Inteligencia Artificial.

"Cui prodest scelus, is fecit", como decían los latinos de inteligencia natural. Y seguimos preguntando.

Así que volviendo a la residencia de los Tras Árboles: luchemos por mantenerla pese al ataque de los drones de la obsolescencia programada. Mientras sea necesaria. Porque lo es.

Portavoz de IU en la Diputacion

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