Zamoreando

La Poliparty

Me encantan estos eventos sin visos de continuidad que se perpetúan

Fiesta de la Politécnica de Zamora, también llamada Poliparty o Politecparty.

Fiesta de la Politécnica de Zamora, también llamada Poliparty o Politecparty. / Ana Burrieza

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

El anuncio de la ya tradicional celebración de la Poliparty me ha pillado con unos pelos de pena. Menos mal que, por lo menos, las uñas las tengo impecables, de un rojo subido, gracias a los buenos oficios de mi amiga Laura Lucía. A ver qué es capaz de hacerle Magdalena Fraile a estos pelos míos para estar en consonancia con el evento que si algún día dejara de celebrarse todos los zamoranos habremos perdido una buena oportunidad para el disfrute.

A buen seguro que hoy, el recinto ferial Ifeza se pone a tope con jóvenes llegados de los cuatro puntos cardinales de las provincias limítrofes que, sumados a nuestros chicos y chicas politécnicos sumaran un montón de juventud, un buen montón de alegría y de divertimento si es que estas cosas son cuantificables. Los organizadores no pueden ni deben desfallecer. Si necesitan quien les jalee y anime que cuenten conmigo. Zamora está necesitada de alegrías, de bailes, de risas, de ese espectáculo único que siempre ofrecen los jóvenes. Ya estamos hartos de penas, tristezas, rostros cariacontecidos, plañideras y esas cosas que se dan con cierta asiduidad en Zamora. Menos caras de acelga y más risas.

Hoy es el día elegido, coincidiendo con el que hace bisiesto a este 2024. Quizá por eso se celebra en 29 y no en 1 de marzo. Para qué esperar. El tiempo corre que se las pela y la vida tiene mucha, demasiada prisa como para dejarnos arrebatar ni un solo minuto. Justo en el momento en que la mañana se haga mediodía, es decir a la hora del Ángelus, y hasta las nueve de la noche, de forma ininterrumpida, como tiene que ser, y sin que la vida se detenga en Zamora, la alegría, el jolgorio y el divertimento estarán en Ifeza. Esta popular fiesta universitaria es conocida ya allende las fronteras de Castilla y León. Su fama llega a Portugal, al Portugal más cercano, pero eso le da la "internacionalidad" que no hay que negarle.

Una docena de DJ actuando ininterrumpidamente tiene que dar, por fuerza, mucho juego. Mucha música, mucho decibelio pero, qué quiere que le diga, los oídos jóvenes lo soportan todo y si no siempre se puede echar mano de unos tapones. La gente joven es más responsable de lo que pensamos, por eso no es necesario recomendarles que no se lo beban todo, no lo van a hacer. Son gente sana y salvo algún descerebrado o descerebrada, siempre los hay, que quiera pasarse de rosca, esta fiesta siempre ha sido, eso, sana. Y así seguirá siendo por los siglos de los siglos.

Me encantan estos eventos que empiezan sin visos de continuidad y se perpetúan en el tiempo en loor de éxito y de forma multitudinaria. El número de asistentes ha ido creciendo con los años, señal de que la fiesta se organiza como hay que organizar estas cosas. Deberían promocionarla un poco más añadiendo así un nuevo reclamo para el turismo. Además en la Poliparty no te preguntan la edad, no te piden el DNI, ni la ideología, ni la fe que profesas ni nada de esas cosas. Con que adquieras la entrada, 22 euros de nada, es suficiente. El resto ya lo pone el ambiente mismo y las ganas que cada cual tenga de divertirse. Y que no dejen de "travestirse" con pelucas y ropajes que siempre dan un toque la mar de divertido.

La fiesta de la Poli es un hecho que hay que celebrar casi en la misma medida en la que lo van a hacer todos y cada uno de los asistentes. Hoy toca pasarlo bien. ¡A por todas!

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