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Cartas de los lectores

Cartas de los lectores

In memoriam: profesor Carlos Jesús Hernández

Toda tarea humana, por lo tanto, sin excepción, sin falsas excusas, debiera ejercitarse con plenitud, es decir, con total motivación que se requiere para desarrollarla con los conocimientos los más amplios que las circunstancias y el intelecto los posibiliten, y la propia conciencia lo exija y demande. Todo ello precisa de una educación rigurosa y exigente, reflexión constante y actitud nada condescendiente con la desidia o la vaguería. La sociedad, con los innumerables problemas, carencias y preocupaciones que tiene exige del esfuerzo sacrificado de todos, lo que redundará también, obviamente, en cada uno de sus componentes.

Y es, muy especialmente, en el ámbito educativo, de la docencia, en todos sus niveles, donde la preparación, la dedicación, la vocación y el sentido del deber de sus profesionales y, más si cabe, su entrega, su pedagogía, su empatía con el alumnado, cobran especial relevancia, al tener que dotarle de los saberes que precisarán para ser útiles a la comunidad al contribuir a solucionar sus carencias con el ejercicio profesional, basado en un sólido aprendizaje del "oficio"; además de inculcarles la necesidad, cada día más imperiosa, de que procuren una formación continua para estar al día respecto a las enseñanzas adquiridas al pasar por el aula. Y también el amor al trabajo, al estudio, a la superación permanente; es decir, que tomen conciencia de sus deberes ciudadanos y con ellos mismos.

Y lógicamente, toda comunicación, como la que implica la enseñanza, exige que tanto el emisor como el receptor, sean conscientes de sus obligaciones, que como requisito “sine qua non” para que puedan cumplirlas con un mínimo de decencia, conocimientos, profesionalidad y sentido del deber; lo que precisa de respeto mutuo y de una vasta educación, en la que todo ello se basa y se deduce.

Para alcanzar todo lo reseñado, nada mejor que conocer con plenitud y cumplir lo que está previsto, y exige, la Ley Orgánica 2/2023, de 22 de marzo, del Sistema Universitario, cuando define las obligaciones de los docentes, "transmisión ordenada del conocimiento científico, tecnológico, humanístico y artístico, y de las competencias y habilidades inherentes al mismo”, art. 6.1;y del “estudiantado" pues éste, muy especialmente, debe tener presente y ser consciente, que sí tienen deberes como son, entre otros, participar de forma activa y responsable en las actividades docentes, Respetar a los miembros de la comunidad universitaria, tal como establece su art. 36, apartados a) y b) respectivamente.

Por cierto, nos consta que el vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado, de la Universidad de Salamanca, profesor doctor, David Díez Martín, está estudiando a fondo, desde el minuto 1 de la aparición en el BOE, la precitada normativa universitaria, para conocerla en plenitud y aplicarla para alcanzar la plenitud de sus requerimientos en los ámbitos de su competencia, como es su tradicional actitud en todos los ámbitos de sus competencias y obligaciones.

Y lamentar, muy sinceramente, el reciente fallecimiento del profesor de la Escuela Politécnica de Zamora, perteneciente a la USAL, Carlos Jesús Hernández González, ejemplo del saber ejercer con dedicación, esmero y profesionalidad sus tareas académicas. Nuestras oraciones por su alma. Descanse en paz, y procuremos seguir su ejemplar vida.

Marcelino de Zamora

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