Zamoreando

Libertad creativa

¿Hay que enseñar el arte tapando la anatomía humana con paños de pureza?

Detalle del David de Miguel Ángel

Detalle del David de Miguel Ángel / Tony Gentile

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Del arte renacentista sabemos que es simetría, equilibrio y proporción, sabemos que supone la exaltación de la belleza. Si en la Edad Media el arte sacro era más valorado que el profano, en el Renacimiento se valorará el arte en sí, gracias al avance de la secularización, el uso de la libertad creativa y un interés por la anatomía humana si de escultura y pintura hablamos. Sin duda, esta corriente artística nacida en Florencia es, no sólo una de las más conocidas por el público, sino también una de las más admiradas y estudiadas.

Ya nadie se escandaliza admirando la Venus de Botticelli o el David de Miguel Ángel, uno de los mejores ejemplos de la cultura renacentista, sin duda una obra maestra. Esta escultura de mármol de 5,17 metros de altura ha traspasado los siglos, como símbolo artístico y también social. Me he pasado al afirmar que ya nadie se escandaliza ante el majestuoso David de Buonarroti. Pido perdón porque me he equivocado. Esta vez, el suceso que nos ocupa no se ha producido en España. Ha sucedido en Tallahassee, en el estado de Florida y ha constituido un escándalo. Le cuento: han despedido a la directora de un colegio tras las quejas de los padres, al rechazar una lección a alumnos de sexto grado sobre tan magnífica escultura por considerarla "pornográfica". ¡Toma ya!

No pasa nada si el niño o la niña consumen pornografía por Internet, si coleccionan revistas ad hoc, si en esas juergas con alcohol que se montan tantos estudiantes norteamericanos practican sexo. Eso es lo de menos. Lo grave es querer mostrar el David de Miguel como una obra de arte. ¡Esto es el mundo al revés! Cada vez lo entiendo menos. En España, sin ir más lejos, se prefiere salvar un huevo de paloma antes que a un feto humano, un cachorro de oso antes que a un niño y a un lince antes que a un anciano.

¿Dónde dejan esos padres de Florida la libertad creativa? ¿No saben separar arte de pornografía? ¿Hay que enseñar el arte de una determinada manera, tapando la anatomía humana con paños de pureza? No sé si es solo en el colegio que nos ocupa o en todos los colegios yanquis, el protocolo habitual exige enviar una carta a los padres antes de mostrar obras de arte clásicas a los estudiantes. ¡Hace falta ser mentecatos! Creía que el puritanismo exacerbado que en otro tiempo rigió la conducta de tantos miembros de la sociedad estadounidense se había superado. Parece ser que no.

A ese colegio en concreto, los clásicos le han costado ya cuatro directoras desde que abrió sus puertas en 2020.

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