Zamoreando

¿De qué estamos hablando?

La mala bestia detenida en Palma no puede ser llamado padre

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

¿De qué hablamos, de qué estamos hablando cuando decimos que un padre ha mantenido relaciones sexuales con su hija de menos de 14 años? No encuentro una figura que defina en toda su extensión hecho tan vil. No hay palabras suficientes en el diccionario para llamar a un acto de semejante catadura por el nombre más significativo, más brutal. No creo que este tipo de cosas sean producto de nuestros tiempos. Comportamientos así han existido siempre. Sólo que ahora se acentúan, sólo que ahora son más continuados, sólo que ahora son más brutales.

La mala bestia ha sido detenido como presunto autor de un delito de agresión sexual y provocación sexual hacia su hija menor de 14 años. Una niña, por mucho que ciertas políticas y sus impulsoras quieran convertir a los niños en adolescentes y a los adolescentes en adultos. Aquellos que roban la inocencia, el candor a un niño no tienen ni siquiera perdón de Dios. Bueno, Dios podría, porque es Dios.

Siempre que se producen comportamientos de esta índole me viene a la memoria María Goretti, aquella dulce niña italiana asesinada por su agresor sexual. Otra mala bestia de nombre Alessandro Serenelli que un 5 de julio de 1902, al no poder satisfacer sus instintos más primarios y vergonzosos, cansado de los constantes rechazos de la niña, contaba tan sólo 12 años, preso de la ira, la apuñalo salvajemente 11 veces. No creo que hoy sea tan fácil encontrar un corazón devoto y un alma cándida como la de María Goretti, que por algo fue canonizada por Pío XII, pero tampoco creo que las niñas de corta edad de hoy, vayan por la vida pidiendo guerra.

Es verdad que de todo hay en la viña del Señor. Pero, qué casualidad, no son los casos que acaban en violación. Hay que tener mucho cuidado con la expresión que se emplea porque el monumental lío de la Ley del ‘sólo sí es sí’, puede dar al traste con la condena del violador que siempre es presunto, aunque haya más que indicios razonables.

El detenido, y puesto a disposición judicial, sí encaja con la nueva norma del Código Civil. La mala bestia no puede ser llamado padre. Esa palabra no se puede prostituir alegremente. El agresor de la chavalita de Palma, donde se produjeron los hechos, encaja más en cualquiera de las gilipolleces inclusivas que se han sacado de la manga las ministras moradas. No sé si encajará con “progenitor gestante” o simplemente “progenitor” que es más frío y no tan entrañable como la palabra ‘padre, ‘papá’.

Sólo pido que a este progenitor o lo que sea, que ahora tiene 32 años, lo mantengan otros tantos en prisión, con un añadido para que cuando salga, si sale, sólo esté para sopita y buen vino.