La Opinión de Zamora

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José Ignacio Regueras

La desaparición del lagarto y la agricultura

Si no conseguimos unir producción agraria, respeto ambiental y rentabilidad, nuestro futuro será negro

SANABRIA LAGARTO LAGARTOS El animal observa atentamente. J. A. G.

Los que nacimos en los años 50 y pasamos largos y felices veranos en el término municipal de Micereces de Tera, hemos conocido una biodiversidad poco comparable con la actual.

En los años 60 y 70 del siglo pasado en los faroles cuando se iluminaban por la noche en las casas de campo, durante el verano, veíamos infinidad de insectos voladores. Ahora apenas se ve alguno.

Los desplazamientos en coches hace décadas suponían, en verano, limpiar con frecuencia los insectos que se estrellaban contra el parabrisas. Ahora casi no hace falta, las poblaciones de insectos voladores son muy escasas.

En el periodo indicado, los lagartos eran muy abundantes en la zona citada más arriba; tanto que se comían en algunas ocasiones.

Ahora prácticamente no se ven lagartos en el término municipal mencionado.

La presencia-ausencia de algunas especies son bioindicadores de la salud ambiental.

La sociedad actual en la Europa occidental debe plantearse la agricultura como una actividad respetuosa con el medio ambiente o vamos a la catástrofe. No son exigencias de algún ecologista radical, son evidencias del progresivo deterioro ambiental

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En algunos estudios realizados en Suiza, se concluye que en zonas agrícolas ha desaparecido el 75 % de los insectos, con respecto a los existentes hace décadas. En otro trabajo, se dice que la disminución de insectos voladores en Europa es de un 80 %, según diversos expertos. La dieta del lagarto ocelado es fundamentalmente insectívora.

Esta drástica disminución se debe, según todos los indicios, a la utilización masiva de pesticidas (herbicidas, insecticidas, fungicidas). Como consecuencia de esta castración de la pirámide trófica, todos los niveles superiores se están resintiendo o simplemente desapareciendo.

Sorprendentemente la noticia positiva es la presencia de otros reptiles como. algunas culebras (de escalera y bastardos) en la comarca de Benavente, que se siguen viendo (atropelladas en las carreteras particularmente).

Sí, por supuesto, es importante la conservación de especies emblemáticas, como el lince, el oso, las grandes rapaces, pero no conviene olvidar la desaparición de especies más humildes en muchas áreas de la península ibérica.

No buscamos culpables, porque todos somos culpables; pero creo que es trágico que como consecuencia de la agricultura intensiva un niño de 5-10 años no pueda conocer en esta zona como es un lagarto y tenga que ir a peñascales apartados para intentar ver alguno, si tiene suerte.

La sociedad actual en la Europa occidental debe plantearse la agricultura como una actividad respetuosa con el medio ambiente o vamos a la catástrofe.

No son exigencias de algún ecologista radical, son evidencias del progresivo deterioro ambiental.

Cada vez se necesitan más dosis de pesticidas para conseguir el mismo efecto.

Dentro de 30 años —cuando los de mi generación ya no estemos- ¿qué dosis de pesticidas serán necesarias?, ¿qué consecuencias ambientales tendrán?, ¿qué consecuencias en la salud humana (agricultores que manejan los productos, consumidores) supondrán?

La agricultura ecológica o tradicional debe ser el norte al que dirigir toda la actividad agraria, aunque sea necesario un imprescindible periodo de transición.

Si no conseguimos unir producción agraria, respeto ambiental y rentabilidad, nuestro futuro será negro. Afortunadamente el hombre siempre ha sabido renacer de sus cenizas.

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