La Opinión de Zamora

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Begoña Galache

Y “Blonde” mató a Marilyn

La película de Dominik se empeña en enterrar a una pionera del movimiento Me Too

Película Blonde.

Si la necrofilia como trastorno mental o patología sexual incluye la excitación o evocación mediante un cadáver, el director Andrew Dominik practica el papel de fantaseador pseudonecrófilo con Marilyn Monroe en su última película, “Blonde”, un film pretencioso basado en la novela de ficción de Joyce Carol Oates, donde solo se salva la impecable factura técnica y una Ana de Armas inmensa en la caracterización de la “ambición rubia”.

Durante dos horas y 46 minutos la cinta envuelve al espectador entre la desazón y el tormento. Rememora la misma convulsión que visionar por primera vez “La naranja mecánica” o “Psicosis”, pero sin las maravillosas innovaciones intelectuales de aquellas décadas, a lo zafio.

Quien trate de rebuscar en “Blonde” un atisbo autobiográfico de Norma Jean Baker se dará de bruces con una ficción enfermiza que entra en bucle sobre los supuestos trastornos mentales de la que fuera gran icono y mito sexual de cincuenta y sesenta hasta su muerte, con tan solo 36 años. Este último agosto hubiera cumplido 96.

En la cinta Norma Jean habla en tercera persona, dialoga con su feto en unas escenas en las que es difícil eludir el aroma antiabortista, y hasta llama “papi” a sus respectivos maridos. Sin ningún rigor biográfico, Dominik utiliza a su antojo personajes que tuvieron mayor o menor relación con la actriz cantante y modelo estadounidense y los sitúa en un tablero de ajedrez atemporal en el que solo él juega, como ocurre con la amistad de Marilyn con Cass Chaplin y Edward G. Robinson Jr. Entre abusos sexuales, drogas, alcohol y constantes miradas lascivas de rostros de hombres difuminados, Norma llama a gritos a Marilyn para que esta entre en su bipolaridad y se enfrente a cada problema. La misma “blonde” que aparece semiinconsciente en la habitación de un hombre, el mismísimo Kennedy, que le indica que le realice una felación. Una voz interior murmura: “Vamos… No vomites… Te lo tienes que tragar”. Un primerísimo plano de 1,5 minutos que nada aporta y que no es de extrañar haya causado un gran rechazo en el estreno de la película.

Fue la primera actriz en plantar cara al Hollywood más machista y fundó su propia productora: Marilyn Monroe Productions, tras haber declinado un papel protagonista nada más enterarse de que Frank Sinatra, iba a cobrar tres veces más que ella

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Lo que Dominik no solo obvia en su ficción, sino que se empeña en enterrar, es que Norma Jeane fue de las primeras actrices que en los años cincuenta se atrevió a hablar abiertamente de los abusos sexuales sufridos y de la misoginia que se respiraba en los grandes estudios cinematográficos. La pionera del #MeToo que llegaría mucho más tarde y de un tipo de mujer que emponderó la feminidad y el feminismo con ese “muevo el culo cuando quiero y como quiero”. Hoy hubiera sido la número uno de las influencers. Tampoco se adentra en su faceta de empresaria, cuando fue la primera actriz en plantar cara al Hollywood más machista y fundó su propia productora: Marilyn Monroe Productions, tras haber declinado un papel protagonista en “Girl in pink tights” nada más enterarse de que su “partenaire”, Fran Sinatra, iba a cobrar tres veces más que ella.

Feminista, emprendedora y solidaria, se negó a entrar en una popular sala musical si seguían vetando las actuaciones de su gran amiga Ella Fitzgerald debido a su color de piel. Lo que hoy llamamos sororidad. Su parte oscura existió, como relatan informes psiquiátricos que se han ido filtrando con los años. Marilyn, que ni se llamaba así, ni era tonta (su coeficiente era de 165, cinco puntos por encima de Einstein), ni rubia, apareció muerta en una cama de su casa de Los Ángeles. La causa oficial fue sobredosis de barbitúricos. De estar viva, es más que probable que “Blonde” la hubiera rematado.

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