La Guardia Civil siempre estuvo en el punto de mira de la banda terrorista ETA desde aquel 7 de junio de 1968 cuando el etarra Etxebarrieta asesinó, en una carretera guipuzcoana, de un disparo en la cabeza, a un joven guardia civil de Tráfico, de tan solo 25 años: José Antonio Pardines. Durante más de cuatro décadas la Guardia Civil ha estado en la diana de la banda terrorista. La sangrienta persecución al Instituto Armado dio como resultado, 219 asesinatos de agentes, de los que a día de hoy, 98 de ellos siguen sin resolver. Solo que por eso no se puede dar por cerrada esta etapa de la historia de España que no se puede saldar ni con indultos, ni con el acercamiento constante de presos, como un premio a las salvajadas que cometieron.
La memoria de 98 agentes de la Guardia Civil nos impide pasar página y cerrar este libro escrito con letras de sangre. Ningún autor material de esos 98 asesinatos sin resolver ha sido condenado, por lo tanto siguen impunes a los ojos de la Ley, no tanto del Gobierno, sí de los españoles y por supuesto de asociaciones como Dignidad y Justicia, asociación que preside Daniel Portero, hijo del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Luis Portero, quien fuera asesinado por tres pistoleros de ETA, descerrajándole dos tiros en la cabeza. Luis Portero tenía 59 años.
Cabe esperar que sus señorías lo tengan en cuenta a la hora de impedir que Otegui y demás compañeros de armas se salgan con la suya, con el beneplácito del actual Gobierno de España
Cabe esperar que sus señorías lo tengan en cuenta a la hora de impedir que Otegui y demás compañeros de armas se salgan con la suya, con el beneplácito del actual Gobierno de España. ETA también se llevó por delante a muchos hombres y mujeres de la carrera judicial. Su ensañamiento con la Guardia ´Civil fue una constante en aquellos años de plomo. Aquellos delitos no pueden ni deben prescribir, en aplicación del Convenio Europeo sobre Imprescriptibilidad del Consejo de Europa.
Un 20 de julio del año 2009, Eta mató por última vez en España, que se sepa. Fue el atentado de Calviá, las víctimas dos guardias civiles. Algo de patológico tenía el comportamiento de los que ahora pretenden copilotar la nave del Gobierno de España a base de prestar su apoyo, un apoyo envenenado, un apoyo manchado de sangre que a muchos, la mayoría ciudadana, nos resulta vomitivo.
Asesinar a guardias civiles ha sido la principal actividad criminal de ETA. Su prioridad. Hay que activar un informe policial que actualice el listado, identificar a los asesinos y hacer justicia. Así y todo, frente a los desmemoriados, estamos la mayoría ciudadana que no olvidamos el calvario de la Guardia Civil.
