Cada vez resulta más evidente que en la sociedad actual cumplir años y experiencia lejos de ser un activo es más bien un pasivo tanto en lo laboral como en lo social.
A los 50 se es ya mayor para ocupar altos cargos tanto en la empresa como en la política, y a los 60 o 65 hay que jubilarse, inevitablemente.
Considerando que la esperanza de vida está aumentando considerablemente, en un futuro muy inmediato una gran parte de la población va a estar desocupada e improductiva, lo que significa que se estará desperdiciando mucho talento y experiencia y afectando en negativo a los Presupuestos. Está muy bien que se valore y que se aproveche la juventud, pero no es de recibo que cumplir años se contemple solamente como un pasivo y que las carreras profesionales se acorten más cada día.
Algo está fallando y no parece que haya mucho interés en ponerle remedio, pues de lo contrario ya se estarían tomando medidas para variar en positivo la curva demográfica de la población activa.
Enrique Stuyck Romá