Es evidente que la disolución de la legislatura, además de un despropósito, ha sido una decisión de “ordeno y mando” desde la dirección nacional del Partido Popular obviamente, por razones espurias e intereses partidistas, produciéndose en los monumentos menos oportunos tanto en el ámbito sanitario, económica y de incertidumbre internacional. No se ha tenido la responsabilidad de reconocer que unas elecciones autonómicas son un “cuestión de estado”.

Ante la convocatoria de nuevas elecciones en Castilla y León, parece conveniente recordar los antecedentes próximos, es decir lo sucedido en las últimas elecciones. En esta convocatoria, como en todas, estamos llamados para elegir, con nuestro, voto la conformación de las Cortes y de cuyo resultado dependerá la investidura, con el voto mayoritario, del nuevo Presidente de la Junta., que a su vez se convierte en el Representante Ordinario del Estado en la Comunidad.

Pues bien, en las últimas elecciones autonómicas (2019), por segunda vez el Partido Socialista Obrero Español de Castilla y León ganó las elecciones, hecho que no ocurría desde la primera legislatura en 1983. Conviene recordar cuales fueron los resultados: PSOE, 35 Procuradores; Partido Popular, 29; Ciudadanos, 13; Podemos-Equo 1; UPL 1 y XAL 1. Con una participación del 70.81% del censo electoral.

Es decir, Luis Tudanca se convirtió en líder electoral y político de la Comunidad al ser el candidato más votado. Sin embargo, como es sabido, no pudo acceder a presidir la Junta al producirse una “alianza” entre el Partido Popular y Ciudadanos, siendo investido el candidato del Partido Popular que perdió las elecciones.

Hay que aprovechar las elecciones en Castilla y León para desarrollar una comunidad acorde con su propia historia, desarrollando sus potencialidades, que son muchas

He vivido y seguido con mucha atención y preocupación el desarrollo y funcionamiento de la actual legislatura que sorprendentemente ha sido abruptamente interrumpida, y tengo formada la opinión de que su disolución, además de otras razones que tienen que ver con la justicia, ha sido, también, por el reconocimiento público de un fracaso y de la inoperancia y tristeza de la gestión gubernamental. Es decir, los aparatos administrativos no han funcionado. Y, a su vez, esta frustración es un reconocimiento notorio de su fracaso. Fracaso anunciado.

Con el mismo interés he observado el trabajo de la oposición, es decir del Grupo Parlamentario Socialista, que ha sido, además de leal, ha trabajado en el control parlamentario y gubernamental, teniendo muchísimas más iniciativas que el propio Grupo Popular y el Gobierno de la Junta. De tal manera que los parlamentarios del Grupo Socialista, con su Presidente, Secretario General y candidato a la cabeza, Luis Tudanca, han demostrado una responsabilidad, madurez y preparación, que los capacita con solvencia para gobernar con garantía la próxima legislatura.

Legislatura, cuya trascendencia será muy importante para Castilla y León, ya que al nuevo Gobierno le corresponderá, en primer lugar, desenredar situaciones que la Junta que ahora cesa ha venido enmarañando tanto en el ámbito económico, social, y no digamos sanitario y poblacional. Tendrá, a su vez que recuperar la confianza de los castellanos y leoneses y los sectores económicos y sociales.

El nuevo Gobierno deberá afrontar con decisión y valentía un nuevo proyecto económico para nuestra Comunidad, como establece la reforma de nuestro Estatuto de: “Permitirnos afrontar con garantías los retos de un tiempo nuevo, definido por los profundos cambios geopolíticos, sociales, económicos, culturales y tecnológicos ocurridos en el mundo y por la posición de Castilla y León y de España en ese contexto”. Por lo tanto, es necesario un nuevo impulso económico y social, pero también avivar un nuevo estado de ánimo en el conjunto de los castellanos y leoneses, que bien se lo tienen merecido

Para desarrollar todos estos propósitos, la nueva Junta, contará con nuevos y mejores presupuestos en estrecha colaboración y cooperación con el Gobierno de España y la aportación excepcional de los llamados Next Generación (Fondos Europeos).

Dicho lo dicho, y haciendo de la necesidad y del despropósito virtud creo que hay que aprovechar las elecciones en Castilla y León para desarrollar una comunidad acorde con su propia historia, desarrollando sus potencialidades, que son muchas.