La película "El pisito" marcó una época en la dura, gris y cerrada España de finales de los cincuenta. Aun hoy nos preguntamos muchos cómo pudo sortear, en 1959, la implacable censura franquista y mostrar en toda su crudeza, aunque con toques de humor, el problema de la vivienda en aquel Madrid que crecía de forma incontrolada y en aquella sociedad donde unos se forraban mandando, construyendo y con el estraperlo y otros las pasaban canutas. Solo puede explicarse por la unión de unos cuantos genios. Desde el guión del irrepetible Rafael Azcona hasta la dirección del hábil y punzante Marco Ferreri, al que acompañó Isidoro Martínez-Ferry, pasando por actores de la talla, ya entonces, de José Luis López Vázquez, Mary Carrillo, María Luisa Ponte o Chus Lampreave.

Petrita (Mary Carrillo) y Rodolfo (José Luis López Vázquez) llevan doce años de novios, pero no pueden casarse porque no tienen dinero, ni posibilidades, para comprar un piso. Todos sus esfuerzos fracasan. No hay manera. Su desesperación va en aumento hasta que a Petrita se le ocurre la solución: Rodolfo se casará con la anciana y enferma doña Martina (Concha López Silva), su casera. Y así, cuando fallezca la buena señora, Rodolfo se quedará con el pisito, que tiene un alquiler bajo y asumible para la pareja. Pero la anciana se resiste a palmarla...

No les cuento más. Únicamente, que he recordado el memorable filme de Ferreri nada más enterarme de los líos en que se ha metido el flamante presidente de las Cortes de Castilla y León, el ciudadano Luis Fuentes, por su deseo de trasladarse a un pisito existente en el edificio del legislativo, en Valladolid. Hasta ahora, y desde que se construyó el inmueble, ningún presidente de las Cortes había hecho uso de tal instalación. Y casi nadie se había acordado de que existía tal pisito. Hasta que ha llegado el señor Fuentes que, al igual que su partido, Ciudadanos, viene a regenerar la política regional, como todo el mundo sabe. Y qué mejor manera de regenerar todo lo regenerable que empezar por la economía propia. Si don Luis se traslada al pisito de las Cortes, se ahorra el alquiler de un apartamento en la capital vallisoletana, que no es precisamente barata. El mismo don Luis, salmantino él, lo ha experimentado en carne propia estos últimos cuatro años cuando fue portavoz de Ciudadanos en las Cortes autonómicas y vivió en un piso en Valladolid. Así que, oye, tacita a tacita, mes tras mes sin apoquinar unos cientos de euros, pues se hace un capitalito. Y en esas estamos. Mejor dicho, está él. Y no es que el señor Fuentes cobre poco, no, que tiene un sueldo alto, pluses, chófer, coche oficial, secretarios, jefe de gabinete, asesores, pero se ve que, como antaño a Esperanza Aguirre, no le llega, que no le alcanza hasta fin de mes. De modo que conviene recortar gastos.

El problema es que las intenciones de don Luis han salido a la luz pública y se ha armado la marimorena. Menos que con el chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero (también en esto hay clases), pero se ha montado y ya andan desde la oposición pidiendo explicaciones y cuentas. Y escribo "cuentas" porque parece que hay que hacer obras en el pisito para que su próximo inquilino pueda mudarse a él. ¿Y quién pagará esos trabajos? No veo yo a don Luis muy dispuesto a rascarse el bolsillo. Al fin y al cabo el pisito es propiedad de las Cortes, así que, según mandan los cánones de la regeneración, será este organismo el que asuma los costes... si es que, finalmente, concluyen las obras y la propia regeneración no lo evita.

¿Es legal que el presidente de las Cortes se traslade a vivir a un pisito instalado en el mismo edificio que cobija al legislativo. Sí. El inmueble se hizo para algo, si es que cabe aplicar la lógica en todos los aspectos relacionados con el edificio de las Corte y sus costes y dimensiones. O sea, que ilegal no es, como le habrán explicado a don Luis sus asesores, letrados, etcétera, etc, pero muy ético no parece. Y un ejemplo de regeneración, tampoco. Y una forma de decirle a la ciudadanía que los tiempos han cambiado, menos aun. Si todo lo que ha sucedido en la formación del nuevo gobierno de Castilla y León contradice bastante el programa y los mensajes electorales de Ciudadanos, esto de don Luis puede ser la puntilla. Al menos, a efectos de imagen. ¿Cuántas preguntas tendrán que responder Francisco Igea y el propio Fuentes sobre el pisito, los gastos en la remodelación y demás?, ¿cuántas veces saldrá a colación el asunto en las Cortes?, ¿y qué harán el PP y Mañueco en un tema que no es de su gente pero que les incumbe, y mucho, por afectar al gobierno de coalición? El ciudadano no entenderá que se le nieguen ayudas mientras al presi de las Cortes se le arregla el pisito. No, no lo entenderá y pensará eso de "¡Y solo acabamos de empezar!"