Los bienes, los servicios, las ideas, etc., no surgen por generación espontánea; precisan del esfuerzo de todos y cada uno para producirlos y, con ellos, satisfacer las necesidades, las demandas, las expectativas de los demás; lo que requiere de "todos, sin excepción" sus aportaciones en su elaboración y consecución.

Consecuentemente, el trabajo intenso, concienzudo, preciso, etc.; con base y fundamento en profundos, amplios y actualizados conocimientos profesionales; precisa de la máxima concentración en su desarrollo, en dedicarle todo el tiempo contratado y convenido con el "patrón", sea público o privado, lo que implica, entre otros muchísimos aspectos, la pérdida de tiempo, por ejemplo, "cotilleando" con otras personas respecto a compañeros, clientes, directivos, etc.; pues si se "chismorrea", se incumple el compromiso adquirido de dedicarle el tiempo comprometido al trabajo, no se centra el trabajador en el cumplimiento del deber, provocando, entre otras consecuencias, bienes y servicios defectuosos, molestias y engaños a la clientela, etc., etc., etc.,

Por ello y para lograr el máximo bienestar de todos, objetivo de toda tarea humana, hay que trabajar más y mejor, "despotricar de los demás, nada", evitar entrometerse en las vidas ajenas, cuando la propia tanto tiene que enmendarse; pues "quien se mete donde nadie le llama", solo consigue el desprecio más radical de sus semejantes.

Es por todo ello, que tenemos las obligaciones legales, morales, como las relativas a los compromisos libremente adquiridos, de "dar de sí", todo lo que nuestras capacidades intelectuales y físicas, nos lo permitan; dedicando a las respectivas actividades la máxima y exigente dedicación. De proceder así, cumpliremos con nuestra parte prevista en los contratos de trabajo y sociales, cumpliendo y satisfaciendo los objetivos previstos en ellos, como justificando, adecuada y cumplidamente, las retribuciones y demás compensaciones de todo tipo en ellos previstas; evitando ser unos incumplidores, unos parásitos sociales, unos mentirosos, etc. Tengamos siempre presente que el bienestar de todos, solo se consigue con el esfuerzo de todos.

El trabajo bien hecho, que tantas satisfacciones procura a quien lo realiza, requiere la máxima atención a lo que se hace, tener los máximos saberes del oficio o profesión, la motivación de lo que se hace y por qué se hace, etc., lo que redundará, también, en una actitud ejemplarizante para compañeros, y demás personas con nosotros relacionadas, especialmente sobre las que podamos tener ascendente, como empleados, familiares, etc.

Y es que la solución a cualesquiera problemática humana es trabajar, trabajar, trabajar, más y mejor cada "segundo" de nuestra vida, de forma seria, concienzuda , etc., con el resultado de un resultado bien hecho y la satisfacción, y orgullo, que implica a quiénes así proceden en el cumplimiento de sus obligaciones y compromisos.

Observemos lo que "sudaron" los que nos procedieron; pues gracias a ellos disfrutamos de un nivel de vida, de unos bienes, de unas infraestructuras, de unos servicios, etc., que nos hacen más confortable nuestro vivir; lo que nos debiera obligar a procurar alcanzar su "nivel de entrega" y, más si cabe, a superarlos con nuestra laboriosidad más exhaustiva; pues cada generación tiene el deber de superar a la anterior, al partir de una "base" mayor y mejor en todos los ámbitos y aspectos.

No vale decir "esto es lo que hay", pensamiento totalmente reprobable; pues lo que debe de haber es tener una conciencia; como gente madura y lista que nos consideramos, muchas veces sin el menor fundamento, dicho sea de paso; de nuestras numerosas limitaciones y del deber que todos tenemos de superarlas con el esfuerzo continuo, para bien propio y de los demás.

Con el esfuerzo de cada uno triunfaremos todos, ganaremos todos en desarrollo económico, social, empresarial, personal, público, en dotaciones e infraestructuras públicas, fomento de los intereses generales y, sobre todo, la tranquilidad de tener la conciencia tranquila del deber cumplido, presidido por el máximo respeto, consideración y servicio a nuestros semejantes.

Conclusión cotillear menos, no inmiscuirse en vidas ajenas y trabajar más y mejor, condiciones inexcusables para lograr el triunfo del esfuerzo.

Marcelino de Zamora