Con mucha frecuencia se ha dicho que "España es diferente". Y es diferente, de verdad, hasta en lo que se refiere a la residencia en ella, de modo temporal o definitivo. Temporalmente, lo confirman los millones de personas que nos visitan cada año; cada vez más y de más diversos países extranjeros; y los españoles que visitan el extranjero cada año. Lo del modo definitivo ha sucedido y sigue sucediendo en muchos españoles, que carecen de trabajo y otros medios de subsistencia, en nuestro país, y se ven obligados a emigrar buscando el medio de vida, fundamental o por afán de mejoría. Es un elemento de ataque que utiliza la oposición cuando quiere desprestigiar al Gobierno. Y tienen razón en lo que se refiere al innegable hecho, sobre todo cuando, desde no hace mucho, emigran los jóvenes que han terminado una carrera y no pueden ejercerla en España. La verdad es, también, que existen bastantes puestos de trabajo que no ocupa nadie; así como otros que los españoles dejan para que los ocupen extranjeros, venidos de países con peores posibilidades.

Es normal lo que se ha consignado, en ambos sentidos: lo que ocurre con el turismo que llega y lo que ocasiona la emigración de nacionales que se van. Y, si apuramos el análisis, encontramos que no es España el único país en el que existe la carencia de medios de vida; hay otros países en los que se observa la misma queja, en el mismo grado o en diferente medida.

Lo que no es normal es que una persona, perteneciente a la familia reinante o dirigente en un país, que no esté en una verdadera ruina, manifieste -más o menos públicamente- que desea exiliarse voluntariamente (no que la obliguen a exiliarse por medio de una orden gubernativa). Sin embargo, en nuestro país, nada menos que una hija del rey emérito y hermana menor del rey en activo, envuelta en un asunto judicial, ha dicho, a sus numerosos compañeros de imputación, en el momento de acabar una intervención: "¡Qué ganas tengo de que acabe esto para no volver a pisar este país".

No es extraño: Cuando una persona puede declarar que su familia la abandonado y solo su madre y su hermana están a su lado, la madre, porque -en ese y en todos los casos- una madre no conoce obstáculos para estar junto a su hijo, si la necesita; y la hermana de la que se trata demuestra un corazón también heroico, si hace falta; el panorama no tiene nada de alentador. Se explica que, cuando la triste experiencia de la marcha de su asunto la autoriza a replicar, (ante esta declaración de ánimo por parte de sus abogados: "Señora, no se preocupe, tiene que estar tranquila". "Al principio de este proceso me dijeron que no me preocupara y que estuviera tranquila, porque no me imputarían, y me imputaron; luego me dijeron que no me preocupara porque el asunto no iría a juicio, y me sentaron en el banquillo; luego, que el tribunal admitiría la cuestión previa -la célebre doctrina Botín que fue esgrimida por los abogados- y que me podría ir, y aquí estoy?", se explica, -digo- que el desánimo provoque la exclamación que manifiesta el deseo de desterrarse. Sin embargo, el gran ánimo de esa princesa real, que antepone el amor a su marido a todos los inconvenientes, la anima a decir: "Pero, vamos, que tranquila estoy".

Afortunadamente para ella, las últimas noticias sobre el caso ayudan a esta tranquilidad. La opinión pública rumorea la casi seguridad de una sentencia absolutoria; y el principal responsable de la única entidad acusadora, Manos Limpias, desde su prisión, ha escrito a la abogada que, por encargo suyo, lleva el caso animándola a que, en caso de sentencia absolutoria, no recurra tal sentencia. Esto parece indicar que la seguridad pronosticada por los abogados defensores de la Infanta tiene su razón de ser; sobre todo, si -como dice la prensa- en caso de sentencia condenatoria, tal sentencia sería anulada por el Tribunal Supremo de la Nación.

De todos modos, es lamentable que -contra lo que ocurre en nuestro país, donde en ningún caso de judicialización de uno de los cónyuges, sobre todo el marido- una persona de la Familia Real (aunque esta haya quedado reducida por las disposiciones vigentes) exprese, con razón, su deseo de "no volver a pisar el suelo de este país" y perpetuar su estancia actual en Suiza. Yo, con mi optimismo, espero rectificación de la Infanta Real española Cristina de Borbón y Grecia, que nació, vivió y estudió, como universitaria, en España.