Donde fueres, haz lo que vieres, salvo si eres musulmán. Si eres musulmán, con todos mis respetos, puedes hacer lo que te venga en gana, siempre y cuando sea fuera del orbe del Islam, porque en la órbita musulmana la cosa es absolutamente restringida para todo y para todos, especialmente si eres mujer. Cuando una mujer occidental viaja a un país musulmán tiene que adoptar ciertas costumbres, sobre todo en materia de vestimenta. Sin embargo, cuando una mujer musulmana viaja a cualquier país fuera de esa órbita, lejos de adaptarse y adoptar las costumbres, sobre todo en materia de vestimenta, del país de que se trate, mantiene sus propios hábitos y sus costumbres, por mucho que choquen con las del país de destino.

Eso ni puede ni debe ser así. Lo que pasa es que en España, plagada de "bienaventurados", se defienden a capa y espada costumbres y vestimentas que chirrían, ¡y de qué forma!, con las nuestras. Costumbres y vestimentas que dan al traste con la lucha que las mujeres españolas han venido manteniendo por la igualdad, entre otras muchas materias. En Alemania debe haber menos bienaventurados. En Alemania tienen sus teutones cataplines bien puestos y sin cortarse un pelo aplican la Constitución y el sentido común a lo propio y a lo ajeno. Y nadie rechista.

Un tribunal alemán ha fallado en contra de una joven musulmana de 18 años que denunció a su instituto por no permitirle acudir a clase con niqab, un velo que tan solo deja los ojos al descubierto. Si eso ocurre en España, los "bienaventurados" la hubieran armado gorda, hablando de ausencia de libertad religiosa, de atentado a la fe musulmana, de conculcación de derechos y bla, bla, bla. Si a una joven católica de 18 años, se le ocurre ir a clase con una española mantilla, con o sin peineta, se le cae el moño, la mantilla y la peineta. Los primeros en arrancársela verbalmente serían los "bienaventurados", los que defienden lo ajeno y atacan lo propio con una desconsideración, con una falta de apego a lo suyo, es decir, a lo nuestro, que asusta.

El tribunal alemán ha dado la razón al centro educativo que exigió a la alumna quitarse el velo para poder acceder al aula considerando que, en este caso, el mandato de formación y educación del Estado que consagra el artículo 7 de la Constitución alemana debe prevalecer sobre la libertad religiosa y porque en las relaciones escolares no solo la palabra es importante, sino que también es fundamental la comunicación no verbal y el lenguaje corporal, algo que el niqab no permite. Pero, dígale usted eso a los "bienaventurados" patrios.

¿Que quiénes son los bienaventurados patrios? Sí, hombre, los Willy Toledo de turno. Los que están en contra de que se ayude militarmente a los países de Oriente y norte de África en guerra y están en contra de que no se ayude a los países de Oriente y el norte de África en guerra, cada vez que aparecen niños como Aylan y Omran, víctimas propiciatorias de las malditas guerras. A los "bienaventurados" patrios solo cabe aplicarles un "merismo" como el contenido en la copla popular: Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio; contigo porque me matas y sin ti porque yo me muero. Pues eso.