El 13 de junio es la memoria litúrgica de san Antonio de Lisboa (conocido popularmente como "de Padua"). Sin embargo, ayer la Iglesia no lo ha celebrado, sino que ha sido la conmemoración del Inmaculado Corazón de María, fiesta que tiene lugar siempre el día siguiente a la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que fue el viernes 12 (viernes posterior al Corpus Christi). La devoción al Sagrado Corazón de Jesús fue potenciada en España por una persona muy cercana geográficamente a nuestra tierra: el beato Bernardo Francisco de Hoyos, sacerdote jesuita vallisoletano del siglo XVIII que murió a los 24 años pero antes tuvo una experiencia mística de revelación de Cristo, que le dijo: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes". De ahí el santuario de la Gran Promesa en Valladolid.