'The Crown (temporada 6, parte 1)' 

Creador: Peter Morgan

Dirección: Alex Gabassi y Christian Schwochow

Reparto: Imelda Staunton, Jonathan Pryce, Dominic West, Elizabeth Debicki

País: Reino Unido / Estados Unidos

Duración: entre 39 y 56 min. (4 episodios)

Año: 2023

Género: Drama

Estreno: 16 de noviembre de 2023 (Netflix)

★★★★

En un frustrante giro de los acontecimientos, Netflix no dejó que la prensa (no al menos la española) viera con antelación los cuatro primeros episodios de la temporada final de 'The Crown', uno de sus mayores éxitos. Se podía ver como una pequeña represalia por la tibia recepción crítica de su, por otro lado, notable quinta temporada. Que fuera por un posible miedo a los 'spoilers' no tenía mucho lógica: todo el mundo sabe cómo acabó el romance entre Diana (Elizabeth Debicki) y su nuevo novio, Dodi Fayed (Khalid Abdalla), solo incipiente al final de los anteriores episodios. 

Pero un cierto intento de preservar ciertas sorpresas podía haber. Sobre todo conforme la acción se ha acercado a décadas recientes, Peter Morgan, creador y guionista de 'The Crown', ha recibido críticas por sus libertades a la hora de retratar a la realeza británica. El año pasado, por primera vez, un aviso recordaba a los espectadores (o, sobre todo, posibles demandantes) que estaban ante una "dramatización ficcional" solo "inspirada por hechos reales". Y en este puñado de nuevos episodios, Morgan elucubra quizá con mayor libertad que nunca sobre conversaciones que tuvieron lugar a puerta cerrada. Lo que resulta quizá no sea la lección de historia más precisa, pero sí un electrizante melodrama con (cierta) base histórica. 

En este sentido, el diálogo más sorprendente quizá sea el mantenido por Diana y Dodi en el Ritz parisino poco antes del trágico accidente que acabó con sus vidas. Morgan hace suyas algunas conjeturas periodísticas y va incluso más allá, creando una capa extra de tristeza para el desenlace de la relación entre la antigua princesa y el heredero de Harrods. Estuvieron a punto de sobrevivir, nos sugiere. 

Momentos de ligereza

La temporada arranca en París en la noche del 30 de agosto de 1997, cerca del puente del Alma. Sabemos qué sucederá, pero la perspectiva es inesperada y el choque sucede fuera de campo. Es el mismo punto en el que acaba, con la misma elegancia, un tercer episodio de situaciones incómodas y tensión creciente, en el que los autores de la serie saben hacerte partícipe de lo que significa estar siendo observado, fotografiado o filmado las 24 horas.

Pero los dos primeros capítulos son otra historia. El retrato, no exento de ligereza, de los caminos vitales de Diana y Carlos (Dominic West) un año después de su divorcio. Morgan se divierte contrastando las coloridas vacaciones de la primera, invitada por el empresario Mohamed Al-Fayed (Salim Daw) a pasar diez días en Saint-Tropez, con las más tradicionales celebraciones en Balmoral del 50º cumpleaños de Camilla Parker Bowles (Olivia Williams), en las que no aparece Su Majestad la Reina Isabel II (Imelda Staunton), a pesar de estar invitada.

'The Crown' no es una serie de un solo tono, o un solo género, y en esta parte de la historia se juega casi con la comedia de enredo. Su hijo ya tiene una prometida, pero Mohamed lo lía igualmente para dejarlo a solas en un yate con Diana y sus hijos Harry (Fflyn Edwards) y Guillermo (Rufus Kampa), a los que Dodi trata de acercarse usando sus credenciales como productor cinematográfico e invitándoles al rodaje de 'El mañana nunca muere' para que conozcan a Pierce Brosnan. Cuando la futura esposa de Dodi, la modelo Kelly Fisher (Erin Richards), insiste en bajar al sur de Francia, se ve obligada a quedarse en un yate distinto, tampoco tan lejos del otro.

Generosidad con los personajes  

Pero si de algo no se puede acusar a Morgan y equipo, es de desprestigiar, ridiculizar o envilecer a sus referentes reales. Cuando se iba a estrenar la cuarta temporada, algunos allegados a Carlos se apresuraron a criticar un presunto retrato oscuro que resultó ser equilibrado, si no directamente laudatorio. Aquí también encontramos empatía para todos los personajes, incluyendo a una Diana en busca del equilibrio emocional y un príncipe de Gales capaz de enterrar el hacha de guerra por el bien de sus hijos y de sí mismo y su exmujer. "Hagamos bien el divorcio", conviene esta última. 

En el cuarto episodio, una sola imagen de Carlos paseando por el campo en Balmoral vale por mil palabras sobre el duelo. Más polémica, quizá, será la escena en que conversa con lo que algunos han definido como el fantasma de Diana. Verla como un espectro quizá sea absurdo y exagerado. En realidad, Morgan solo está usando el mismo recurso aplaudido en los guiones de Alan Ball para 'A dos metros bajo tierra': el diálogo con los muertos como representación del proceso de pensamiento de los aun vivos

También Isabel II tiene ocasión de hacer las paces con Diana, y Mohamed de hablar con su hijo Dodi sobre la consternación que le produce no verle más llorado por la sociedad británica: "Es como si solo hubiera muerto una persona". La serie nos recuerda que no, no solo murió una persona, e incluso pone rostro y voz a Henri Paul (Yoann Blanc), el chófer del Mercedes en el que viajaban Diana y Dodi en el momento del siniestro. 

A lo largo de los cuatro episodios, una bien escogida selección de canciones captura a la perfección los tiempos y los estados emocionales. El George Michael de madurez pone ritmo seductor a las lujosas escapadas de Diana. Los Radiohead más distópicos, los de 'Paranoid android', son la banda sonora elegida por Guillermo para abrirse paso en la pérdida. Es de suponer que en los seis restantes episodios, cuando le veamos congeniar con Kate Middleton, empezará a escuchar temas más alegres.