Segregación contra integración. El fútbol tampoco escapa a las contraposiciones sociales. Mientras las políticas para frenar la inmigración se endurecen en todos los países del 'primer mundo', selecciones como Bélgica, Alemania, Francia, Estados Unidos, Holanda o Inglaterra nutren sus equipos nacionales con una 'mano de obra' cuyo árbol genealógico alarga sus raíces más allá de sus orgullosas fronteras. En el caso concreto de belgas, franceses o estadounidenses, el éxito de su balompié no se entiende sin la aportación decisiva de estos hijos de la inmigración. Suiza es un ejemplo muy potente de esa multiculturalidad galopante.

Los helvéticos se llevaron el triunfo ante Ecuador en último arrebato mezcla de coraje y talento producido por la arrancada brutal de Valon Behrami, el pase certero de Ricardo Rodríguez y la definición letal de Haris Seferovic. Kosovo, España/Chile y Bosnia en acción. Una alianza de naciones que sintetiza la nueva realidad que desborda el fútbol moderno: las federaciones se presentan al mundo como ejemplos de afiliación, mientras los políticos utilizan al extranjero como muñequito del pimpampum electoral. El pasado 9 de febrero, más de la mitad de los electores suizos (50,3%) aprobaron una propuesta para establecer cuotas para la entrada de todos los extranjeros -incluidos los ciudadanos europeos- como herramienta para frenar la inmigración masiva. Unos meses antes, la Schweizer Nati -dirigida por el alemán Ottmar Hitzfeld- había sellado su pasaporte para el Mundial de Brasil gracias a una unión de caboverdianos, españoles, serbios, macedonios, kosovares, costamarfileños, croatas, bosniacos, italianos, chilenos o turcos.

Entre los 23 suizos elegidos para representar a la Confederación hay 15 inmigrantes. Si Suiza hubieses levantado un muro frente a los Alpes hace diez años, del equipo actual únicamente quedarían Fabian Schär, Yann Sommer, Roman Bürki, Stephan Lichtsteiner, Reto Ziegler, Michael Lang, Steve von Bergen y Valentin Stocker. El capitán, Gökhan Inler nació en Olten, pero sus padres son turcos. La estrella, Xherdan Shaqiri, nació en Gnjilane (Kosovo), pero se crió futbolísticamente en el Basilea. Como con Shaqiri, los Balcanes son el origen de Behrami, Xhaka, Dzemaili, Mehmedi, Drmic, Seferovic y Gavranovic. La mayoría llegaron a Suiza huyendo de la guerra que desmembró a la vieja Yugoslavia durante los años 90. Inler es otro de los casos más representativos. El centrocampista del Nápoles llegó a representar a Turquía en categorías inferiores, pero optó por llevar la bandera de Suiza, el país donde nació, que se ocupó de su educación y que mostró más interés por hacerlo futbolista. El responsable de decantar la balanza entonces fue Jakob Kuhn, ex seleccionador y uno de los arquitectos principales del salto de calidad del balompié helvético.

El miedo se combina con la admiración

Por el alto nivel de vida, Suiza es uno de los destinos más habituales para la gente que busca oportunidades. Tradicionalmente siempre ha sido un país que ha acogida a personas de otros países en dificultades o refugiados de guerra. Muchos jugadores de la selección llegaron siendo niños o nacieron ya en Sankt Gallen, Zúrich o Ginebra, obteniendo la doble nacionalidad. Por un lado, Suiza es dependiente de ellos porque la economía necesita mano de obra, por otro existe miedo a que el país multiplique su índice de desempleo. Sin embargo, el problema no se centra en las estrellas del fútbol, considerados de la 'jet', parte de la minoría privilegiada del país. Son los extranjeros 'normales' los que ocasionalmente son víctima de prejuicios, son discriminados de cuando en cuando y constituyen un dilema para los políticos locales. Los jugadores son idolatrados? Hasta que llegan las derrotas, pero incluso entonces, los comentarios racistas son excepciones. La mayoría de personas asumen esa multiculturalidad de forma bastante positiva. La selección es símbolo de una exitosa integración social. En el fútbol hay más extranjeros porque proceden de países que viven con auténtica pasión por el deporte rey

Potente sistema de cantera

La pluralidad cultural que ha tomado Suiza ha afectado al fútbol de forma muy positiva. El equipo se clasificó primero del Grupo E en la fase de clasificación y entró como una de las cabezas de serie a la Copa del Mundo. Señal de que el mestizaje funciona. "No nos juntamos por la nacionalidad o por el origen de cada uno. Somos un equipo, un grupo fuerte que lucha por objetivos", asegura Inler. La federación helvética ha conseguido canalizar toda esa energía nueva a través de una sólida estructura para la cantera. Con resultados realmente importantes en el fútbol base.

En 2002, Philippe Senderos -padre español y madre serbia- fue el capitán de un equipo que conquistó el Europeo Sub17 en un campeonato en el que España compareció con Gavilán, Silva, Soldado o Borja Valero. En 2009, la Sub17 fue campeona del mundo eliminando a Brasil en la fase de grupos, Alemania e Italia y en la final liquidó a Nigeria. Auténticas potencias. En aquel equipo estaba Xhaka, Seferovic y Ricardo Rodríguez, todos en el bloque de la actual selección.

Suiza comenzó a finales de la década de los 90 un programa de formación futbolística de mucha calidad, imitando los sistemas de cantera más fuertes del mundo. Campos de entrenamiento perfectos, entrenadores bien preparados, infraestructuras modernas y escuelas organizadas. La consecuencia es que la plantilla actual ha pasado por todas las categorías de la federación, desde los Sub15 a los Sub21.

La Schweizer Nati no es el único país que se aprovecha del fútbol base suizo. Migjen Basha y Shkëlzen Gashi han elegido a Albania, Bosnia ha reclutado a Izet Hajrovic, Croacia ya les dejó sin Ivan Rakitic -que fue internacional en categorías inferiores por Suiza- y Kosovo podría llevarse a Xhaka, Behrami o Shaqiri. Por el momento, Suiza se ha hecho con su espacio en el fútbol del primer mundo con una selección formada con futbolistas procedentes de la inmigración.

Diego Benaglio - Italia

Tranquillo Barnetta - Italia

Philippe Senderos - España/ Serbia

Johan Djourou - Costa de Marfil

Ricardo Rodríguez - España/ Chile

Valon Behrami - Kosovo

Gökhan Inler - Turquía

Gelson Fernandes - Cabo Verde

Blerim Dzemaili - Macedonia

Granit Xhaka - Kosovo

Xherdan Shaqiri - Kosovo

Admir Mehmedi - Macedonia

Josip Drmic - Croacia

Haris Seferovic - Bosnia-Herzegovina

Mario Gavranovic - Bosnia-Herzegovina