Entrevista | Oskar González Mendía Profesor de la Universidad del País Vasco

"Enseño a los docentes a aprender a ver el arte con mirada científica"

"Está bien intentar buscar esa unión entre ambos mundos porque entiendo que, además de ser enriquecedor, considero que también son complementarios"

El profesor universitario, doctor en Química Analítica, Oskar González Mendía.

El profesor universitario, doctor en Química Analítica, Oskar González Mendía. / Cedida

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

Puede presumir de ser capaz de haber aunado en su profesión la química y el arte. Oskar González Mendía es doctor en Química Analítica por la Universidad del País Vasco y en la actualidad imparte clases en el grado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Facultad de Bellas Artes. En estas fechas, está impartiendo online el curso "Ciencia y arte. Dos perspectivas de la realidad", a través del centro del CFIE en Benavente.

–¿Cómo surge esta propuesta tan original?

–Yo soy profesor en la Facultad de Bellas Artes, aunque mi formación es de Química, e imparto clases en el grado de Conservación y Restauración. Es decir, me dedico un poco a unir los mundos del arte y la ciencia. En este curso cuento esa conexión a profesorado de Primaria y Secundaria, para que aprendan a ver el arte con una mirada científica y enseñarles a llevar todo este material a la práctica en el aula.

–Es usted un claro ejemplo de que se puede ser una persona de ciencias y un apasionado del arte.

–Siempre se ha hablado de esas dos culturas y entiendo que tiene que haber una especialización, porque, al fin y al cabo, el conocimiento de la humanidad es inabarcable y nadie puede saberlo todo de las ciencias y de las humanidades. Pero siempre está bien el intentar buscar esa unión entre ambos mundos, porque, además de enriquecedor, considero que son complementarios.

Organización del curso

–¿Cómo ha organizado el curso para los profesores?

–Comenzamos por conocimientos básicos, explicando cómo se genera el color desde un punto de vista físico y químico, para hablar a continuación de pigmentos, dejando quizá lo más curioso para las últimas clases, adentrándonos en temas como las falsificaciones de obras de arte.

En mis clases en la Facultad de Química echaba de menos saber algo de la historia de la propia ciencia

–¿Sigue existiendo en el currículo académico una excesiva diferenciación entre ciencia y humanidades?

–No soy experto en los currículos a nivel de instituto, pero puedo hablar de la universidad, como estudiante. Yo hice Química y el contexto era el de un profesorado lleno de investigadores e investigadoras que se dedicaban a lo académico, a la docencia. Echaba de menos saber algo de la historia de la propia ciencia, porque considero que también es importante descubrir en qué contexto se dieron todos los conceptos que estudiamos. Creo que es un ámbito que debería estar más integrado.

El viaje hacia Bellas Artes

–¿Cómo termina un doctor en Química Analítica en la Facultad de Bellas Artes?

–Mi tesis es sobre química analítica, con el análisis de fármacos. Cuando estudias una carrera, te preparas para trabajar en diferentes campos y, al final, adquieres unas competencias que te ayudan a ir a otros lugares. De hecho, actualmente mi investigación ha virado dentro de la química hacia el estudio del patrimonio. Por otro lado, las facultades de Química y Bellas Artes están muy cerca y cuando llegué allí a impartir una asignatura en el grado de Conservación y Restauración me gustó tanto que conseguí finalmente una plaza.

–¿Estudiar ciencia vinculada al arte puede ser una buena manera de quitar el miedo a las materias más técnicas?

– Sin duda. Mis alumnos de Bellas Artes siguen teniendo ese temor, porque en 1º y 2º dan asignaturas más relacionadas con el arte alrededor del concepto de creación y cuando llegan a 3º les está esperando mi asignatura, con ciencia, y les echa para atrás. Pero creo también que se puede utilizar para el camino contrario, que la gente de ciencias pueda entrar en el mundo del arte.

–¿En qué sentido?

–Por ejemplo, con la formulación química. Si la ves más desde el punto de vista de descubrir los pigmentos en un cuadro o los materiales de determinada escultura, despertarás la curiosidad de ciertas personas.

Apasionado por la divulgación

–¿Qué le aporta el mundo de la divulgación, al que también se dedica?

–Con el tema de la divulgación realicé un camino un poco peculiar. Considero que lo más habitual es investigar sobre un tema y cuando te especializas, continuar con la divulgación. En mi caso, yo trabajaba en otro ámbito, pero al comenzar a impartir las clases en Bellas Artes, descubrí temas muy interesantes de los que se hablaba poco, encontré ese nicho y arranqué desde ahí, con un nivel bastante básico, puesto que no era, ni mucho menos, un experto en la materia. Ahora, gracias a mi cambio de trayectoria profesional, estoy profundizando más en lo que comencé a divulgar.

–¿Con qué temas se animó al principio?

–Aspectos como los exámenes técnicos o el estudio de obras de arte con técnicas que van más allá de la simple visión del ojo humano, como, por ejemplo, radiografías o el uso de luz ultravioleta, que permite descubrir lo que le ha pasado a la obra de arte o realizó un artista hace quinientos años y que, por muy inimaginable que parezca, las estamos descubriendo ahora con las nuevas tecnologías.

Su primer libro

–Además, hay que añadir que tiene hasta un libro de divulgación, "Por qué los girasoles se marchitan". ¿Cómo surgió este proyecto?

–Curiosamente, vino motivado por la celebración del 150 aniversario de la creación de la tabla periódica. A raíz de ahí, fui escribiendo sobre cada elemento químico en relación a su importancia con el arte. Este libro es un pequeño homenaje a la tabla periódica y una excusa para hablar de arte y de ciencia.

–Habrá supuesto un trabajo de investigación muy intenso.

–Después de varios años escribiendo sobre estos temas, uno va recopilando bastante información y muy interesante, así que vi que me daba para escribir un libro. Tan solo tuve que ordenar todas esas ideas, como una tabla periódica. Ella fue la que me inspiró para confeccionar este trabajo.

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