SOCIO DE TRANSACTIONS SERVICER DE KPMG

Jaime Muñoz Estrada: "El principal éxito que ha tenido la empresa familiar es perderle el miedo a los grandes fondos de inversión"

El socio responsable de Transactions Services de KPMG en España repasa la situación del mercado de capital privado, las oportunidades de España como país y la empresa familiar

Jaime Muñoz Estrada, socio responsable de Transactions Services de KPMG en España, en la entrevista con Activos.

Jaime Muñoz Estrada, socio responsable de Transactions Services de KPMG en España, en la entrevista con Activos. / DANIEL PRESA

En 2023, KPMG fue la consultora que más asesoramiento hizo en el proceso de due diligence, un anglicismo bajo el que se conoce al proceso de análisis de una empresa y su modelo de negocio. En total, según el ránking elaborado por la firma TTR Data, participaron en 140 operaciones corporativas. Entre ellas destaca la entrada del fondo de pensiones canadiense CPPIB en la filial de servicios de FCC, la venta del líder español en frutos rojos Planasa o la compra del 50% de X-Elio.

Jaime Muñoz Estrada (Málaga, 1975), socio responsable de Transactions Services de KPMG en España, atiende a ACTIVOS, el vertical económico de Prensa Ibérica, para repasar la situación del mercado del capital privado, la situación de la empresa familiar y el ecosistema de gestoras de fondos de inversión español.

PREGUNTA. ¿Cuál es la situación del capital privado en España?

RESPUESTA. El mercado, ahora, es mucho más optimista y más positivo que hace un año. En 2023, convivimos con mucha incertidumbre y, aunque ahora no ha desaparecido, sí está más apaciguada gracias a la mayor visibilidad que hay en el futuro de los tipos de interés. Hace justo un año estábamos en un entorno de una curva creciente y ahora la expectativa es más estabilidad y, si acaso, de cierta relajación. Ya estamos viendo en los primeros meses de 2024 que el volumen de operaciones, al menos que se está trabajando, es muy superior a lo que veíamos en 2023. En números redondos, en 2023, el mercado del M&A (fusiones y adquisiciones) cayó un 20%. En 2024, estaremos cerca de recuperar los volúmenes en su totalidad. Las transacciones que no se cerraron el pasado año se recuperarán en este o en el próximo porque hay un efecto también de bolsa acumulada, de transacciones no ejecutadas, que se retomarán ahora.

P. ¿Qué previsiones tienen desde KPMG para la situación del capital privado en los próximos años?

R. Creemos que habrá una recuperación paulatina del volumen de inversión. Todavía, en las operaciones en marcha, el vendedor tiene que enamorar, en cierta medida, al comprador, pero poco a poco van a ir ganando terreno los procesos competidos en los que haya más de un inversor interesado en un activo. Eso paulatinamente va a ir mejorando durante el 2024. 2025 debería empezar a ser ya un año a ‘toda velocidad’, con otras reglas del juego y otras estructuras de tipos de interés y, quizás, con su impacto en múltiplos de valoración, que creemos que será muy difícil llegar a las cotas alcanzadas en 2021 y 2022.

P. En un contexto adverso, ¿cómo se ha trabajado desde la parte de la due diligence en las operaciones?

R. En contextos de mercado menos ‘alegres’, la exigencia de información para tener una valoración muy acorde se hace más relevante para tomar mejores decisiones porque ningún inversor quiere arriesgarse. En fases en que cerrar transacciones es más dificultoso, el rol que tenemos los asesores de due diligence es mucho más relevante, porque quieres hacer las cosas seguras.

P. A la hora de trabajar las due diligence, ¿cómo se trabaja el pasivo del balance de una compañía con el entorno de tipos de interés actual?

R. El pasivo en el balance es crítico porque dice las obligaciones que tiene una compañía en el futuro. Ahí también está la labor del inversor, junto con asesores, de ver la capacidad de optimizar esa estructura de financiación. No deja de ser obviamente un aspecto más de las cosas que se miran en una due diligence, que tiene diversas patas: la estrategia de operaciones de una empresa, la parte más financiera, la capacidad tecnológica de la compañía y todos los aspectos relacionados con la sostenibilidad.

P. ¿Qué sectores tienen más tracción? Hay varios procesos en marcha en renovables.

R. El sector que menos ha sufrido en los últimos años ha sido el mundo de la energía y las infraestructuras. Va a ser un sector que va a tener bastante preponderancia en el mercado de M&A (fusiones y adquisiciones). El sector de consumo va a ser, quizás, un poco más exquisito porque, si bien estamos en un entorno de bajo desempleo, la renta disponible de las familias es limitada. Se van a diferenciar los buenos de los malos activos, pero no lo pondría en la cesta como el gran sector en el próximo año. Es de los que más tardará en recuperarse. Obviamente, todo lo relacionado con tecnología, software e inteligencia artificial van a ser sectores muy calientes, además de que ya traen una buena tendencia en los últimos años. Por la parte de sanidad, va a seguir habiendo de nuevo mucho interés, en paralelo con el mundo tecnológico.

P. En el otro extremo, ¿cuáles son los sectores que sufrirán más ajuste por la subida del coste de la deuda?

R. El término ajuste es, quizás, demasiado fuerte. [Ríe] Sobre todo, los que vamos teniendo más años, sí hemos vivido un ajuste de verdad, que fue la crisis que comenzó en el verano del 2007. Es verdad que ha habido unos años de alegría, pero no se ha alcanzado el nivel de apalancamiento en el mundo empresarial que se arrastraba en 2006 o 2007. Ha habido operaciones apalancadas que sufrirán, pero no en un sector concreto muy penalizado. El volumen de situaciones distress (oportunistas) no debería crecer mucho.

Daniel Presa piensa que la sucesión en la empresa familiar ya no es una obligación.

Daniel Presa piensa que la sucesión en la empresa familiar ya no es una obligación. / Daniel Presa

P. ¿Cómo ve el ecosistema de las gestoras de fondos en España?

R. Aquí hay una combinación de ecosistema de fondos de private equity de carácter nacional, que acumulan muy buena trayectoria, junto con un parque de fondos internacionales, algunos con presencia física, que están tomando más relevancia principalmente en los últimos años. Lo que estamos viendo es que el mundo inversor está cada vez está más especializado. Los grandes fondos no seleccionan sus inversiones por criterios geográficos, sino por tendencias o dinámicas del mercado europeo. El componente local es importante, pero tener una plataforma paneuropea cada vez está tomando mayor preponderancia porque, a mayor tamaño, mayores retornos.

P. ¿Qué es lo más atractivo para el inversor extranjero de comprar empresas en España?

R. España tiene puntos más positivos y más negativos. La primera y más importante es que hay una estructura de perfiles profesionales con un nivel educativo muy potente a un coste razonable, en comparación con otros países. El talento en el mundo tecnológico cada vez va acaparando más protagonismo en el mercado laboral español. Por el contrario, no existe una capa de mediana empresa, pero es algo también que se viene trabajando en los últimos años, que, además, suele ser el foco de los de los de los grandes fondos.

El empresario ya no ve la sucesión familiar como una obligación

P. Preguntando por la empresa familiar, ¿cómo converge esa fórmula con la forma de trabajar de los fondos y qué oportunidades hay?

R. El principal éxito que se ha tenido la empresa familiar, en los últimos años, es perderle el miedo a las grandes gestoras profesionales de fondos de inversión. Hace 10 o 15 años escuchabas a empresarios locales hablar de fondos y siempre había una situación de desconfianza. A medida que ha progresado la penetración de esas plataformas inversoras en el mundo empresarial español, la gente ha perdido un poco ese miedo a asentarse y a plantearse salidas de esa tipología. En este proceso, las diferentes instituciones de empresa familiar regionales han ayudado un montón y sobre todo el boca a boca de experiencias de conocidos. También el mundillo inversor ha sabido ir adaptándose a la interlocución con empresarios locales, que las dinámicas son muy diferentes al del mundo de las grandes corporaciones. Para la empresa familiar, los números no son el único factor determinante, sino que hay otros, como el humano o una sucesión ordenada. Ha habido una serie de actores en el mercado español que han sabido adaptarse y tienen una conversación muy bien estructurada y con planteamientos muy profesionales que entran bien por los ojos a ese empresario, que, sobre todo, ha ganado practicidad y no ve la sucesión familiar como una obligación. Décadas atrás el que no hubiese una sucesión familiar, de alguna manera, se podía percibir como un fracaso, pero ese sentir ha desaparecido.

P. ¿Dónde están las oportunidades en este mercado español de empresas medianas?

R. La respuesta es difícil. La capacidad de reconversión de algunas zonas está poniendo en valor la capacidad de reinventarse. Por ejemplo, en Málaga, antes, el foco estaba puesto por el sector hotelero e inmobiliario, más allá de los servicios asociados a una gran provincia. En cambio, ha sido capaz de reinventarse y ponerle un foco muchísimo mayor en el mundo de la tecnología. El País Vasco es un claro ejemplo también de transición, pero en general todas las regiones están haciendo un gran esfuerzo, lo que ha provocado un mayor interés regional del que había.

P. Como inversor, teniendo en cuenta el mercado, ¿cuál es la gran oportunidad que hay hoy en día en España?

R. El activo número uno para mí es la capacidad del equipo directivo, es determinante. Por modelo de negocio, sin duda deberían ser sectores que su capacidad de diferenciación sea elevada y su capacidad de reinvención también. Obviamente, el mundo de la tecnología es inherente a esto.