Iryo prepara su entrada en la ruta Barcelona-París para competir con Renfe y SNCF

El gran negocio de los trenes de alta velocidadestá en plena ebullición en España gracias a la liberalización ferroviaria y la entrada de rivales privados frente al antiguo monopolio de Renfe. Iryo -controlada por la pública Trenitalia (45%), Air Nostrum (31%) y Globalvía (24%)- cumple ahora un año desde su primer viaje en España. Un año en que ha sumado 5 millones de pasajeros (el objetivo es supera los 5,7 millones el próximo ejercicio, un 15% más), llega a once destinos nacionales y ha capturado una cuarta parte de todo el mercado español.

“Iryo tiene vocación de permanencia y de liderazgo. Estamos para quedarnos y para crecer en España”, advirtió el consejero delegado de Iryo, Simone Gorini, en un encuentro con prensa este jueves. La expansión de la compañía prosigue (el próximo 10 de diciembre activa la ruta transversal Barcelona-Sevilla) y los planes de los accionistas es ir a más.

Adif, el operador de la infraestructura de red de vías en el país, prepara una segunda liberalización del sector, dando entrada a rivales privados a nuevos corredores que se sumen al Madrid-Barcelona, Madrid-Levante y Madrid-Sur. El grupo estatal ahora estudia abrir a la competencia también el corredor a Galicia, la conexión con Murcia y también el Corredor Mediterráneo. “Estamos listos para atrapar todas las oportunidades que aparezcan en los próximos años. Adif está trabajando en una nueva atribución de capacidad y nosotros analizaremos el desarrollo de todas estas rutas”, subrayó Gorini, que admite que el grupo tendría que comprar más trenes para sumar a los 20 que actualmente componen su flota en el mercado español.

Los planes de Iryo y de su accionista mayoritario Trenitalia (controlado por la compañía pública italiana Ferrovie dello Stato) van más allá y también aspiran a abrir conexiones internacionales desde España. El objetivo es lanzar la ruta Barcelona-París para competir directamente en esa conexión con el grupo público francés SNCF (que opera en la alta velocidad española con la marca Ouigo) y con Renfe (que prevé activar esta ruta con la capital francesa el próximo verano tras abrir ya el Barcelona-Lyon). Hasta 2022 la conexión Barcelona-París la operaban juntas Renfe y SNCF a través de una sociedad conjunta, pero el grupo galo rompió la alianza y se lanzó a explotarla en solitario.

“Estamos absolutamente interesados en la ruta Barcelona-París”, resume el consejero delegado. “Hay demanda y la demanda se crea también”, apunta acerca de la rivalidad con la que tendría que lidiar en la conexión retando a Renfe y a SNCF. Iryo y Trenitalia France -la filial gala del grupo estatal italiano- están trabajando los aspectos técnicos para hacer posible el lanzamiento, a las que las compañías aún no ponen fecha. Ambas compañías colaboran en la homologación de los trenes con que se operaría la ruta internacional. Trenitalia France ya opera la ruta transfronteriza París-Milán y París-Lyon, y ahora quiere ampliar su red con la conexión con España.

"Riesgo" para la rentabilidad

Todos los operadores de alta velocidad (Renfe, Ouigo e Iryo) y también la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC) abogan por una rebaja de los cánones que cobra Adif por el uso de sus vías como forma de impulsar aún más los efectos de la liberalización. “El nivel de los cánones es alto en España. El peso que tienen los cánones para conseguir rentabilidad es demasiado alto”, se quejó Gorini.

La competencia en la alta velocidad en el mercado español es elevada, con tres grandes operadores y cuatro marcas operativas, y con nuevos grupos maniobrando para participar en la próxima ola de liberalización, como ha confirmado recientemente alianza Alsa y Eco Raíl. Una eventual entrada de nuevos competidores que se ve desde Iryo como un riesgo para la sostenibilidad del sector.

“Hay que ver cómo plantea Adif la atribución de nueva capacidad en el futuro. En este momento los operadores que ya han invertido en el país están listas para coger estas oportunidades que puedan salir [de nuevas rutas liberalizadas]. Pero es un riesgo para la rentabilidad si entran más operadores”, resumió Gorini. Entre los planes de crecimiento de la compañía queda totalmente descartado su entrada en Cercanías, ante la futura liberalización también de estos servicios y su apertura a firmas privadas.

Iryo no pone plazos pero anticipa que conseguirá ser rentable “en los próximos años”. El sector de la alta velocidad ha entrado en una guerra comercial para captar cuota que ha derivado en una guerra de precios, con tarifas bajas para atraer pasajeros. Una agitación comercial que, según avisa Iryo, acabará por normalizarse y derivará en una subida de los precios de los billetes. “Ahora estamos con precios de lanzamiento. Cuando se estabilice el mercado, se ajustarán los precios”, anticipó el consejero delegado.