Balonmano

BM Zamora Enamora - Unión Financiera Oviedo: Injusta derrota

Las inferioridades numéricas y la falta de tino en algunos momentos sentenciaron a los pistacho

Silva se eleva para intentar anotar gol ante Base Oviedo.

Silva se eleva para intentar anotar gol ante Base Oviedo. / Emilio Fraile

Carlos Toyos

El BM Zamora Enamora encajó una injusta derrota (21-22) en el Ángel Nieto frente a un Unión Financiera que se impuso por un único gol en un partido que los oventenses controlaron gracias a las superioridades numéricas. Y es que, de no ser por ello y por un último minuto sin sanción de pasivo sobre los visitantes, quizá los pistacho hubieran encontrado premio a una actuación irregular pero satisfactoria, a años luz de la vista siete días atrás en Guadalajara.

Una muy buena defensa pistacho y un gol de Guille ponían el punto inicial al partido en un Ángel Nieto con luciendo un maravilloso aspecto. Un arranque marcado por el acierto zamorano, ya que Doval detenía un siete metros y Cadelo aprovechaba para volver a anotar antes del paso por el quinto minuto al que se llegó con 2-1 pues los visitantes no iban a tardar en reaccionar.

Bastó un larguero de Costas, quien volvía a pista tras su lesión, y una rápida transición ovetense para igualar el partido. Un choque con ataques largos y escasas transiciones en el que se pagaban caros los errores, como el que llevó al 2-3 y alargó el mal parcial de un BM Zamora Enamora que reaccionó con dos rápidas jugadas de Rafa Paulo y Costas para poner el 4-4.

El envite continuó durante los siguientes minutos muy igualado. Golpeando primero los zamoranos y después los oventenses pero con el cuadro local haciendo más esfuerzos por recuperar la bola tras pérdida que por distanciarse debido a la buena defensa visitante. Un desarrollo con pocos goles, llevando el partido a un escueto 6-6 al paso por el cuarto de hora de juego.

Tan ajustado estaba el partido que la diferencia se medía por detalles. Como cuando Peinado sufrió un agarrón sin señalar en los seis metros rivales pero, en la vuelta, Medina era excluido por una acción similar. Un apuro del que BM Zamora Enamora salió vivo con parada de Doval y gol de Rafa Paulo para aplazar la pérdida de la iniciativa hasta superado el minuto 20. Cosa que llegó con el 6-7, en el cuarto siete metros en favor de los visitantes y tras una exclusión a Cubillas por protestar.

Esta segunda exclusión sí se dejó notar en bando zamorano que, por primera vez en el choque, se veía dos goles abajo en el marcador, teniendo Fran González que pedir tiempo muerto para intentar dar aliento a un cuadro pistacho cansado pese a las rotaciones y con menos intensidad y efectividad en su actuación.

La tensión sí regresó al cuadro de Viriato pero, por desgracia, no lo hizo el acierto. Y es que, pese a que llegara la primera exclusión visitante, Base Oviedo no perdió la iniciativa amparado en un afortunado contragolpe y en dos fallos ofensivos de un BM Zamora Enamora necesitado de más para hacer daño a su rival. Un adversario que, con todos de nuevo en pista, estiraba a tres goles su ventaja. Diferencia que incluso llegó a ser de cinco goles antes de que Medina hiciera el 10-14 con el que se llegó al descanso.

El equipo de Fran González necesitaba subir una marcha más al partido, recuperar la puntería y no desesperarse a la hora de ir recuperando los cuatro goles de desventaja que tenía en su contra. Sin embargo, y pese a saltar a pista con buen tono, los primeros minutos del segundo acto transcurrieron con un guion contrario al deseado para los pistacho.

No solo el gol se siguió resistiendo, con un único tanto en favor de los zamoranos tras cuatro minutos de contienda, sino que Base Oviedo amplió la diferencia. Eso sí, entre Doval y la defensa, el parcial se quedó en un 1-2 que bien pudo ser peor pues, en campo rival, la portería rival detenía con facilidad las intentonas locales.

El BM Zamora Enamora era, sin duda, otro diferente al de Guadalajara. Y es que, pese a tener en contra el marcador o verse de nuevo en inferioridad numérica por exclusión de Sama tras el 12-16, su espíritu defensivo era otro completamente diferente. Rocoso, serio y bien acompasado, no dejando llegar el balón a los extremos facilmente pese a tener el rival la bola ganada. Quizá por ello, Margareto pidió tiempo muerto con el 13-16 y su equipo golpeándose contra el "muro pistacho" (m. 37).

El receso no hizo rebajar su alto nivel defensivo al BM Zamora Enamora que, en los siguientes compases, firmó un parcial de 2-0 para ponerse a un tanto de su rival. Todo, compitiendo desde atrás, con Doval atajando balonces y la defensa activa, peleando sin descanso.

Tuvo bola para empatar el BM Zamora Enamora pero falló el tiro y eso, sumado a una discutible exclusión sobre Peinado, permitió a Base Oviedo coger el aliento suficiente como para resistir en pie. Porque, para tumbar el muro local, tendría que esperar todavía otros dos minutos, aprovechándose de una nueva exclusión (Samassolo) tras un par de balones a la madera de los zamoranos (15-17, m. 45)

El parcial negativo se alargó fruto de la precipitación local tras un tiempo muerto de Fran González. Y, para colmo, Rafa Paulo se llevaba un golpe que le dejaba tres ataques fuera de la pista. Y si bien el BM Zamora Enamora se aplicó para defender, Base Oviedo bajó el ritmo del duelo y llevó la voz cantante para ponerse con cuatro tantos de ventaja a diez minutos del final (15-19).

No tiró la toalla nunca el equipo zamorano, al que por desgracia le faltaron recursos. Y no por mal juego, si no por alternativas a la hora de finalizar sus ataques más allá de un Iago Costas que hizo gala de su clase en los momentos más difíciiles, alargando junto a un Cadelo las opciones de puntuar (18-22, m. 55). Una oportunidad de volver a sumar en casa que terminó por esfumarse a falta de tres minutos cuando un ataque pistacho se fue fuera y Base Oviedo se vio beneficiado por una nueva y polémica exclusión señalada a Rafa Paulo.

Es fue el punto final para un BM Zamora Enamora que, a partir de entonces, peleó con corazón por una remontada imposible. Y eso que se puso 21-22 con un minuto por jugarse. Un minuto en el que los árbitros dejaron el balón en manos de un Base Oviedo que aseguró su triunfo sin lanzar a puerta hasta el bocinazo final.