El Zamora CF regaló la victoria al Celta B con un gol fruto de un absurdo fallo defensivo y tampoco fue capaz de resolver en ataque en las tres o cuatro ocasiones claras de que dispuso. De esta forma, la situación del equipo rojiblanco se complica enormemente en la clasificación tras esta tercera derrota en cinco jornadas.

Fue el Zamora el que comenzó llevando la iniciativa, moviendo con criterio el balón y no tardó en llegar su primera oportunidad en la que Astray no fue capaz de resolver con toda la portería para él en un balón perdido en el área pequeña. Era la primera ocasión clara que fallaban los de Movilla, aunque no le fue a la zaga la que dispuso el Celta en una escapada de Cédric y Veiga no fue capaz de rematar en una clara posición.

Pero poco a poco el equipo gallego se fue creciendo apoyado en varias contras que llevaron mucho peligro aunque tampoco el filial encontraba a su rematador a lo que contribuía, sin duda, el buen trabajo defensivo rojiblanco. Pero el equipo de Movilla cada vez encontraba más problemas para sacar el balón jugado y en una falta de entendimiento entre Piña y el portero Magunagoitia, Veiga robaba el esférico y se lo ponía a Cédric para que lo empujase al fondo de la red abriendo el marcador.

Fue un duro mazazo para el Zamora que había hecho el ridículo y había regalado el 1-0 al Celta B y les costó a los rojiblancos recuperarse, hasta que llegó un centro de Dani Hernández que Baselga remató muy bien de cabeza aunque desde lejos y el portero Campos atrapó sin problemas el balón.

Tras el descanso, el Zamora siguió sin claridad de ideas en ataque frente a un rival que estaba cómodo esperando una oportunidad para sentenciar. Dieguito peinó el balón que salió bastante desviado y Luque lo intentó desde lejos pero sin peligro real.

Movilla intentó entonces darle otro aire al partido y cambió toda su delantera metiendo en el campo a Coscia, Losada y Navas. Y el Zamora adquirió un todo mucho más ofensivo. Navas lo intentó sin acierto y poco después, un defensa le sacaba el balón a Ramos que se entretuvo demasiado dentro del área, hasta que Coscia recibía un balón en profundidad que le permitió plantarse ante el portero, pero Campos resolvió el mano a mano metiendo una mano milagrosa que arruinó una ocasión inmejorable para que hubiera llegado el empate.

El partido tomó un tono de ida y vuelta porque el Celta no se conformaba con el solitario gol ya que sabía que en cualquier momento podía marcar su rival. Además, los gallegos perdían a Cedric que veía su segunda cartulina amarilla en el minuto 71.

La lluvia complicó bastante las posibilidades de reacción del Zamora y el partido llegó al tiempo de descuento en medio de numerosas pérdidas de tiempo de los célticos. E incluso en el descuento, el Zamora siguió perdonando, en un balón desde la derecha que cabeceó un delantero rojiblanco y el balón rebotaba en el larguero y ya en las postrimerías en un remate de Piña desde muy cerca que atrapó Gaizka Campos.