Fuera de los focos y tratando de mantenerse en un segundo plano, Susana Ferreras acumula años en el deporte de alto nivel. La zamorana lleva una década vinculada a la Federación Española de Baloncesto, primero con las categorías inferiores y en el último lustro con la Absoluta Femenina como delegada de equipo con quien ha vivido sus segundos Juegos Olímpicos. Sin querer entrar en polémicas ni opinar sobre los últimos acontecimientos en el combinado nacional con acusaciones de jugadoras al ya exseleccionador, Lucas Mondelo, Susana Ferreras muestra su seguridad en el que la selección volverá a saborear las mieles del triunfo. Además, asentada en Londres, ha conseguido combinar su pasión por el deporte con su profesión, y desde hace años es analista en el Arsenal.

–Los de Tokio han sido sus segundos Juegos Olímpicos, ¿cómo se vive desde dentro?

–Es algo totalmente diferente. He tenido la suerte de vivir Europeos y Mundiales, pero los Juegos son otra cosa, otra dimensión. Aparte de que es cada cuatro años (en este caso cinco por la pandemia del COVID-19) y eso ya lo hace especial, tienes tu competición, pero tienes otras alrededor. Poder convivir con otros deportistas, tanto españoles como de otros países, de deportes tan diferentes, vivir en la villa… es algo único. Son experiencias que hacen la competición mucho más emocionante.

–Aparte de las diferencias obvias por las restricciones, ¿qué cambios ha encontrado con respecto a Río 2016?

–Lógicamente el tema del confinamiento, de las restricciones, el no poder salir de la villa lo hacía un poco diferente en el día a día. La villa era algo más pequeñita, más manejable. Había algunas cosas diferentes en el día a día, sobre cómo funcionaban pero en general la vida ha sido parecida. Ha sido más lo que ha rodeado, el tema de las restricciones, no poder salir, visitar nada… aunque es verdad que en Río el turismo que hicimos fue una mañana a ver el Cristo y no vimos mucho más. Pero sí es cierto que en Río teníamos más margen para ver otros deportes, y eso sí lo hemos echado de menos, no poder ir a ver a otros deportistas españoles competir. Esa sí ha sido una gran diferencia.

–No había público, pero ¿tampoco podían ir a ver otros deportes?, ¿ni siquiera los convivientes en la villa?

–No. Lo único que podíamos ver era nuestro deporte, así que aprovechamos para ver a la selección masculina.

–¿Cómo ha sido la convivencia?

–Allí la vida es otra experiencia diferente porque estás conviviendo en un apartamento. Tienes el día a día que lo vives con tus compañeros, 24 horas. En este aspecto ha sido todo positivo. Estábamos en un edificio todos los deportistas españoles, y eso te permite, aparte de convivir con tu equipo y jugadoras de forma más cercana, vivir situaciones como coger el ascensor y encontrarte con Saúl Craviotto, Mireia Belmonte, Lidia Valentín… y eso es una experiencia.

–¿La selección cómo ha vivido estos JJOO? Fueron como subcampeonas olímpicas y cayeron eliminadas mucho antes de lo previsto.

–Estos torneos, la parte mala que tienen, o buena dependiendo de cómo te toque, es que lo que haces en la primera fase importa poco. El día de cuartos es el decisivo. Nosotros hicimos una primera fase muy buena, ganamos a Serbia cómodo, que fueron campeonas de Europa en Valencia, ganamos a Canadá, y a Corea el primer día, pero eso luego no vale. Llegamos a cuartos y tuvimos mala suerte porque nos tocó Francia, uno de los rivales más duros, y ese día te lo juegas todo a una carta. Un partido ajustado, pero al final no tuvimos la suerte de nuestro lado como nos ha pasado otras veces. La pena es que en cuartos es, como digo, todo o nada, no tienes más margen y te vas para casa.

–¿Cuál era el ambiente tras la derrota?

–Este es un grupo ganador. Lleva muchos años ganando y perder duele, nos duele a todos porque teníamos muchas ganas después del verano tan complicado que habíamos tenido con casos de COVID-19, las dificultades del Eurobasket… Teníamos muchas ganas de hacer algo bonito, pero al final no pudo ser y te sirve para valorar más lo que hemos conseguido anteriormente. Parece que vas ganando y no le das valor. Ahora nos acordamos mucho de la plata de Río 2016, que fue un hito histórico y es muy difícil de repetir.

–¿Cómo prevé el futuro de la Selección de Baloncesto?

–Hay que ver las generaciones que vienen por debajo y el trabajo que se hace con las categorías inferiores es muy bueno, se consiguen medallas todos los veranos. Este año han sido una serie de factores, hemos estado cerca pero no ha estado la suerte de nuestro lado. El grupo que hay ahora, junto con la gente que va llegando, va a darnos muchas alegrías.

–Estuvo muy vinculada al CD Zamarat, ¿cómo vive la evolución del club desde la lejanía?

–Como dices, desde la distancia. Ya por motivos profesionales estoy fuera de España, y lo veo desde lejos. Lógicamente con la pena de que este año no estén en Liga Femenina. Añorando años mejores.

–Ahora está en Londres, y también trabaja para el Arsenal ¿cuál es su cometido?

–Yo me dedico al tema de análisis de datos. Lo que hago es analizar los datos relacionados con el rendimiento del equipo y trabajar de forma cercana con el cuerpo técnico y gente del club para intentar explotar esos datos, sacar partido de ellos y hacer que sirvan para la toma de decisiones.

–¿Es la primera vez que se dedica a ello?

–Antes trabajaba en análisis de datos enfocado a telecomunicaciones y es un cambio de sector. El trabajo de análisis de los datos y la tecnología que se usa es el mismo o parecido, pero el entorno cambia, los proyectos son diferentes… Estoy muy contenta porque a mí me encanta el tema del deporte y es perfecto poder aunar las dos cosas.

–Tanto en la Selección como en Arsenal se codea con deportistas de alto nivel, de la élite, ¿cómo es?

–Bien. En la Selección sí tengo trato más cercano con ellas, del día a día, son gente muy normal que te lo pone todo muy fácil y es muy sencillo. En el Arsenal, con los jugadores no tengo esa relación del día a día, es más con el cuerpo técnico. Pero al final la gente es muy cercana y valoran el trabajo. Estamos para intentar ayudar en lo que se pueda.