Durante los últimos 365 días, Zamora y el resto del panorama nacional se volcó en recordar al gran campeón de motociclismo. Tordesillas le brindó su concentración motera con más de 16.000 participantes, realizando una expedición multitudinaria a la cuna del corredor. La ciudad de Zamora, que ya había homenajeado al "12+1" campeón con una calle y su nombre al polideportivo municipal, decidió rendir culto el día siguiente a su fallecimiento con la bandera de la ciudad a media asta. Sus conciudadanos pudieron despedirse de él en un libro de condolencias, además de guardarle respeto con una concentración motera reuniendo a más de 200 motos frente al lugar que lleva su nombre, la primera de muchas que se haría durante toda la geografía española. Toda carrera, toda competición, todo lo que oliese a gasolina iría dedicado al gran campeón, fuese en la ciudad zamorana como en cualquier rincón de España. La improvisada despedida, con rugidos de motor y pitidos de claxon, dieron paso al silencio en su memoria, para quien había sido declarado presidente de honor de la Asociación Motociclista Zamorana.

Jerez, ciudad donde la gasolina se respira en el ambiente y cada año acuden miles y miles de motoristas en procesión de todas las partes de España, cambió tras su fallecimiento el nombre del circuito por Ángel Nieto. Incluso el circuito de Brno, en la República Checa, donde se vivía una prueba del mundial de motociclismo, se convirtió en un improvisado culto de todos los pilotos de la parrilla, especialmente de los españoles. El podio español en Moto GP de Pedrosa, Márquez y Viñales claramente tuvo un referente: Ángel Nieto.

Declarado por la ciudad de Zamora hijo predilecto, todo culto es poco para un Ángel Nieto que disfrutaba a bordo de su moto por la zona de Tres Cruces, que visitaba los parajes zamoranos durante los veranos y que sentía orgullo de su lugar de origen, a pesar de abandonar sus raíces siendo muy joven. Zamora, 365 días después, sigue sin olvidar al mito del motociclismo.