Sanabria, un enclave sin par de la provincia zamorana, vistió ayer sus mejores galas para acoger a cientos de piragüistas y decenas de aficionados en una jornada en la que los tonos verdes del bosque, azules de las aguas y ocres de las rocas realizan una perfecta mezcolanza con los estridentes colores de las camisetas y piraguas que pueblan el lugar. Una fusión extraña pero armónica como la de las anécdotas, tristezas y éxitos propios de una prueba que, como bien apuntó Emilio Merchán, es tan dura fuera como dentro del agua.

"La prueba ha tenido un poco más de problema fuera del agua que dentro", confesaba el ganador del K-2 tras su paso por el podio. "Hemos tenido un problema al entrar a la zona de competición y tuvimos poco tiempo para prepararnos, prácticamente ha sido coger la piragua, montar, llegar a la isla y salir", relataba un el palista de ADZ Iberdrola que, pese a todo, estaba muy contento con su resultado pues forma con Óscar Borrego "un barco nuevo" y, pese a que "hasta acoplarse costó un poco", a ambos les quedan "buenas sensaciones" ya que al final ganaron su prueba.

La lucha de Merchán fuera del agua no fue la única que los aficionados pudieron contemplar en directo. Aunque, en el caso de Eva Barrios, no se puede decir que fuera un problema tener que remar dos veces, recoger sus pertenencias, atender a las personalidades desplazadas a la cita y a los medios y cambiarse dos veces más ara pasar por el podio. La zamorana de Durius Kayak fue casi tan rápida en tierra firme como en el agua, donde tuvo una sensacional jornada con un oro individual y una plata con España.

"No nos podemos quejar", comentaba con una sonrisa tras recibir su primera presea en la siempre interminable entrega de premios. "Ganar el K-1 y ser segundas en K-4 está muy bien. Las húngaras son bastante fuertes y por eso hay que estar contentas con el resultado", razonaba la zamorana junto a una Laura Pedruelo que, también con dos preseas en su haber, respaldaba la opinión de su compañera en la embarcación española femenina: "En K-4 es muy difícil recuperar". "Queríamos quitarnos la "espinita" de Valladolid pero, de nuevo, tomamos la ciaboga por fuera y ellas lo hicieron por dentro, saliendo con una ventaja que nos fue imposible reducir", analizaba con su habitual alegría y agudeza la palista del Hotel Convento I reconociendo que "al inicio de la segunda vuelta, estando frescas, intentamos remontar pero Hungría es toda una potencia y se fueron sin poder alcanzarlas".

El sinsabor de la plata fue poco para Barrios y Pedruelo, quienes coparon el podio de un K-1 más complejo de lo que parecía debido "al gran número de participantes, el oleaje y la inestabilidad que genera", factores que "en una prueba de esta distancia en la que te exige un ritmo alto son muy importantes", como señaló con tino Laura. Oro y plata, ambas fueron dos de las grandes protagonistas de la segunda tanda de palistas que surcaron las aguas del lago. Un rincón de los más bellos del país que albergó la salida más multitudinaria de una regata hasta la fecha.

Sin embargo, pese a que fueron muchos los participantes y numerosos los éxitos zamoranos, el ambiente de esta gran regata tardó en caldearse como la mañana, que arrancó con cielo gris y acabó con sol abrasador. Quizá, porque "la prueba arranca demasiado pronto". Opinión de un Merchán que recuerda "más ambiente remando" en pasadas ocasiones. "Las diez de la mañana es muy pronto para que le dé tiempo a la gente a llegar. A esas horas solo estamos los palistas que van a competir y los que se tienen que preparar", comentaba entendiendo a la vez que "con tantas categorías, la organización tiene complicado establecer un horario y ajustarlo con la entrega de premios".

Aun así, pese a que el público fuera gradualmente creciendo según pasaba el tiempo, todos los palistas acabaron encantados. "Hemos vivido la prueba con muchas ganas e ilusión. Son regatas de K-4 diferentes, de las que hay pocas a lo largo del año como esta a lo largo del año y, si encima ganas, los disfrutas más", manifestaba un exultante Miguel Fernández, componente del equipo español que se impuso tanto en Valladolid como en Sanabria. Sensaciones hermosas que despierta el lago y que se intensifican cuando eres local, como remarcaron varios de los principales palistas zamoranos.

Casi todo el mundo partió satisfecho, una vez más de su visita a Sanabria. A ese marco incomparable en el que cinco horas de competición dejan detalles para todos los gustos. Desde palistas foráneos tratando de comprar agua por señas, indisposiciones de última hora e incluso alguna que otra riña en carrera entre barcos que ni siquiera competían entre ellos. Anécdotas como la de los ganadores del Gran Premio buscando en vano la bandera de su país elevándose por el mástil cuando sonaba su himno. Un honor que solo obtuvo José Andrés Román Mangas. O la frenética actividad de una organización que volvió a dar sentido al caos, a rendir al cien por cien y a repetir frases tan típicas como "todos para atrás" o "al podio se entra por este lado y se sale por el otro".

Ahora, con nuevos éxitos y una vivencia única más en sus mochilas, los palistas buscan nuevos retos. Merchán acudirá al Sella, junto a Ramalho, en un "bonito proyecto" que dará que hablar. Una cita que también contará con Laura Pedruelo, cuyo descanso está próximo ya. Un futuro muy distinto al de Eva, con múltiples citas como el Mundial de Montemor, donde buscará nuevos triunfos. Éxitos como fue ayer una nueva convivencia entre Sanabria y el piragüismo.