Jaime Rosón enseñó los dientes en la primera etapa en línea del Criterium du Dauphiné, una de las pruebas míticas de preparación para el Tour de Francia, que arrancará en poco más de un mes. Tras ceder 25 segundos en la etapa prólogo, el zamorano demostró que, al más mínimo contacto con la montaña, es fácil verle aparecer entre las primeras unidades del pelotón. Así lo demostró este lunes, al ser décimo en la llegada a Saint-Just-Saint-Rambert.

Rosón disputó el sprint que decidió el triunfo en el grupo de 64 corredores que alcanzó en cabeza la meta, tras las escaramuzas en el último puerto de cuarta categoría de la jornada. No le llegó, en todo caso, al escalador del Movistar Team para tener opciones reales de llevarse la etapa. En realidad solo las tuvo Daryl Impey, que batió con mucha claridad al siempre combativo Alaphilippe.

Antes, el propio corredor francés lo había probado en un pequeño puerto en el que también se dejó ver el líder de la carrera Kwiatkowski, atento para retener su maillot amarillo, o el compañero de Rosón, Marc Soler, que también entró en el grupo principal, aunque algo más rezagado que el zamorano.

Sin embargo, la escasa dureza del puerto y la fortaleza del Sky en la defensa de su líder impidieron que cualquier aventura llegara a buen puerto. Habrá que esperar a jornadas más duras para que la batalla se desate entre los favoritos.

Por lo pronto, en lo que a Rosón interesa, el zamorano ascendió a la trigésima posición tras la etapa - el séptimo de los jóvenes - y sigue a 25 segundos del maillot amarillo. Hoy, en la llegada a Belleville, tampoco se esperan grandes diferencias y el corredor del Movistar Team debería vivir una jornada de transición.