No renuncian en su lucha los blanquiazules del Desguaces Casquero por intentar al menos quedar en lo más alto de la tabla mientras existan opciones matemáticas de jugar la Copa, aunque puede quedar aún lejos, no bajan los brazos en su objetivo.

Si bien el partido de ayer pudo caer del lado de cualquiera, los locales pusieron más intensidad y lucha para llevarse el triunfo, si bien es cierto que, en ocasiones, parecía que, más que ganar, ninguno quería perder.

La primera mitad tuvo claro color local, con ocasiones como la de Samuel en el minuto 6 mandando el balón a la cruceta. Pero la mejor oportunidad fue aprovechada por Zorro que, en un regate seco en el banda derecha, se fue de su par y de un fuerte disparo colocó el balón en la cepa del poste donde Kiko no pudo llegar.

Los gallegos apenas creaban ocasiones de gol dejando el dominio del juego prácticamente a los benaventanos y las ocasiones en las que llegaba el Casquero, resolvía con eficacia siempre. Parecía que los visitantes estaban más preocupados de sacar a Malaguti del partido, haciéndole continuas provocaciones, que de llegar a la portería rival.

Pero en la segunda parte, el dominio ya sería más compartido, con momentos en los que los gallegos ponían asedio a la puerta de Mañanes, pero u buena actuación a lo largo de todo el partido sumada a la muy buena actitud de defensa de todo el bloque impedían que se acortasen distancias.

Prácticamente en el único error que cometieron los jugadores de Desguaces Casquero llegaba el empate, en un saque de banda que apenas entrañaba peligro, en un mal pase de Joselu, permitió que Durán marcase un gol por la mismísima escuadra.

La intención de llevarse el partido la mostraba la actitud de los de Macías al salir de "portero-jugador" cuando restaban casi cuatro minutos para el final, y esta valentía les daba el premio a falta de medio minuto para el final con el gol de Charlie en un pase de Samu que suponía el 2-1 definitivo. No terminaron las emociones porque a los gallegos se les señalaba una falta que suponía un lanzamiento desde los 10 metros pero Bruno, muy presionado por la responsabilidad del momento, lanzó el balón fuera. Los visitantes no digerían bien la lucha local por la victoria y al final reprocharon a los locales su intensidad, con una tangana que no tuvo consecuencias , mas allá de algún empujón y reproches mutuos.