El italiano Fabio Aru (Astana) conquistó ayer en solitario la primera etapa con final en alto del Tour de Francia en La Planche des Belles Filles, en la que se vistió de amarillo el británico Chris Froome (Sky), ya en el papel de favorito número uno aunque en la jornada de ayer no fue capaz de obtener ventajas significativas sobre sus directos rivales.

Aru, de 27 años y ganador de la Vuelta 2016, fue el más ambicioso en el ascenso final. Con un ataque explosivo a 2,5 kilómetros de meta se dio su primer baño de gloria en el Tour de Francia, feliz y ataviado con el maillot de campeón de Italia. El ciclista sardo paseó su amplia sonrisa por el podio de la quinta etapa disputada entre Vittel y La Planche des Belles Filles, de 160,5 kilómetros. Le siguieron el irlandés Dan Martin a 16 segundos, Froome y Richie Porte a 20 y Bardet a 24. Algo más alejados, Alberto Contador a 26 y el colombiano Nairo Quintana a 34, el más perjudicado de los favoritos.

Froome se reencontró con el maillot amarillo que ganó en París el año pasado. No hubo escabechina, pero "Froomy" manda con 12 segundos sobre su compañero y 14 respecto a Aru, el dinamitador de la etapa. Con Dan Martin y Porte intercalados, Contador se alejó a 52 segundos y Nairo Quintana, "acusando el esfuerzo del Giro" a 54. Más preocupante la falta de respuesta ante los ataques de los rivales que el tiempo perdido. Porte, dando la razón a Froome, parece ser el rival más directo del líder del Sky.

La etapa salió sin Sagan ni Cavendish, en medio del debate por la expulsión del eslovaco, una jornada para que los favoritos se midieran en el primer final elevado, donde cada uno tenía que mostrar sus poderes.

Una escapada de 8: Bakelants (AG2R), Delage (Francaise), Boasson Hagen (Dimension Data), Gilbert (Quick-Step), De Gendt (Lotto-Soudal), Voeckler (Direct Energie), Van Baarle (Cannondale) y Périchon (Fortuneo) salieron a la aventura a toda velocidad, cubriendo 48 kilómetros en la primera hora.

La fuga la asumió a sus espaldas el BMC de Porte. Operación de control y luego de búsqueda y captura. Tremendo ritmo del BMC, que terminó echando abajo la aventura a 4 kilómetros de meta, coincidiendo con la puesta en marcha de la maquinaria del Sky. A pies de puerto esperaban 6 kilómetros al 8,5 por ciento de pendiente media hasta la terraza de la Planche. Froome mandó tirar a Kwiatkowski para seleccionar, luego a Mikel Nieve. Control y estrategia para lanzar el hachazo habitual. Entre marcaje y miradas expectantes saltó Fabio Aru bandera nacional en pecho.

El salto del ciclista sardo fue en serio, decidido, explosivo, como un órdago ganador que ya no tuvo respuesta.