Desde luego, el guion de la despedida de Xavi del Camp Nou en partido de Liga no lo escribió Luis Buñuel ni tampoco Luis García Berlanga, que decían odiar el sentimentalismo y los sentimientos en el cine. Porque el adiós de Xavi fue un adiós de cine (titular y capitán de un Barça que celebraba el título de campeón de Liga antes de jugar la final de Copa y la final de la Liga de Campeones), pero también un adiós muy sentimental, un adiós con los sentimientos agolpándose en cada rincón del Camp Nou y en cada pase de Xavi porque ese pase, justo ese, podía ser el último gran pase del mejor centrocampista de los últimos tiempos y gran parte de los primeros. El fin de fiesta azulgrana parecía una película de Spielberg, con tanto niño, tanto abrazo, tanta sonrisa, tantos besos y tantas lágrimas. Solo faltó E. T.

Robert Mitchum dice en la película "El Dorado" que hay algo incomprensible en el oro: no lo parece. Hay algo incomprensible en ese oro en el que Xavi convierte cada balón que toca: no lo parece. Por eso muchos niños quieren ser Messi o Ronaldo, pero pocos aspiran a ser como Xavi. Es que Xavi no mete una barbaridad de goles, ni es especialmente guapo, ni es veloz como el Correcaminos, no es fuerte, no es alto, no es un mago capaz de resolver él solito un partido enmarañado, no tiene pinta de líder, ni mala leche, ni siquiera marcó el gol en la final del Mundial de Sudáfrica. Xavi no parece Xavi. Pero algo tendrá el oro cuando se hacen lingotes con él y cuando le gusta tanto a los ladrones molones y a Dennis Rodman. Algo tendrá Xavi cuando de sus pies han salido, y saldrán, miles de pases sutilmente geniales que antes habían sido ya dibujados en su cabeza. Por eso me sorprende que Xavi prefiera ser titular en un equipo de Qatar que suplente en el Barça. Jack Nicholson dice a Helen Hunt al final de "Mejor... imposible" que prefiere estar sentado en la acera de su casa que en cualquier lugar que pueda imaginar. ¿No prefiere Xavi estar sentado en la acera del Camp Nou antes que ser titular en cualquier equipo que pueda imaginar? En fin. Hay algo incomprensible en el adiós de Xavi: no lo parece.