Nadie puede decir que la situación del Zamora sea fácil, pero la salvación no se puede calificar de imposible. Quedan cinco partidos por delante en los que el margen de error es mínimo y es que con los 34 puntos que tienen en la actualidad, a cuatro de la promoción y a seis de la zona de permanencia, las cuentas están más claras que nunca. Hay que ganar cuatro encuentros (doce puntos), que pondrían a la plantilla con 46 acumulados, o sumar tres victorias y dos empates, que tendrían como premio once puntos que permitirían los 45 puntos que, en principio, podrían servir para lograr la ansiada permanencia o, al menos, jugar la promoción.

Llegados a este punto hay que pensar que es posible y es que no sería la primera vez en Segunda División B que el Zamora CF consigue sumar once puntos en las últimas cinco jornadas de Liga regular.

Este hecho ya ocurrió hace años. Fue en la temporada 2005-06, con Raúl González en el banquillo tras la destitución de Balta, cuando el equipo consiguió quedar décimo tercero en la clasificación final y sumar para lograr su reto tres triunfos y dos empates.

Con 14 años consecutivos de historia en la categoría de bronce del fútbol español, la entidad ha vivido múltiples situaciones. No es ni mucho la primera vez que se ven con agua al cuello y con la permanencia en el aire, y hasta el momento han conseguido hacerse fuertes y sortear lo que, sin duda, sería una pésima noticia para el club. En el primer año tras el último ascenso de Tercera División, los rojiblancos cerraron los últimos cinco encuentros con diez puntos, mientras que la campaña posterior solo consiguieron 8 pero sí entraron en su primera fase de ascenso de las cinco que se han disputado hasta ahora.

Otros buenos finales de temporada, en los que se pudieron lograr diez puntos, fue para el play-off de la Liga 2008-09, gracias a tres victorias y un reparto de puntos, mientras la última vez que se logró sumar esta decena fue en la 2009-2010 y el Zamora se libró de la Tercera con una última victoria ante la Ponferradina en el Ruta (1-0).

Ejemplos hay para todos los gustos pero es que parece que el equipo se ha acostumbrado a sufrir en las últimas temporadas ya que esta es la cuarta consecutiva en la que se vive un final de curso intenso y en la cuerda floja. El año pasado fue gracias a un triunfo en Salamanca (1-2) con el que se consiguió la permanencia, mientras que hace dos sí es cierto que se llegó al último partido ante el Alavés salvados tras imponerse a La Muela en la penúltima jornada en casa (3-1).

En estas dos ocasiones fue con Roberto Aguirre al frente del banquillo como consiguió la salvación y este año también se puede repetir la hazaña si se cumple el refrán de que «no hay dos sin tres».