Una organización animalista ha reclamado cambiar la normativa para que se prohíba la presencia de menores de entre 14 y 17 años en batidas y cacerías tras la muerte de un cazador de un disparo realizado con su propia escopeta el pasado martes en Fermoselle. El cazador tenía 26 años.

Ese suceso, del que aún se investigan las causas y entre ellas no se descarta la posibilidad de que hubiera sido un disparo accidental, ha llevado a la Fundación Franz Weber a pedir un cambio de la ley estatal sobre armas que permite obtener una licencia de caza como autorización especial a los menores a partir de los 14 años, según ha advertido este sábado esa fundación en un comunicado.

La normativa permite a esos menores utilizar "Potentes artefactos en entornos naturales" y participar en cacerías, lo que les expone a riesgos como caídas, disparos accidentales o negligentes o ataques como reacción de animales heridos.

La Fundación Franz Weber ha lamentado que ni la Ley de Caza de Castilla y León ni las órdenes de veda impongan medidas adicionales para restringir la participación de menores a partir de los catorce años en batidas si van acompañados de un adulto que se responsabiliza de ellos.

Ha achacado al grupo de presión del sector de la caza la presencia de menores para que se impliquen en una práctica que incluye el uso de armas de fuego y de cuchillos para rematar jabalíes y otros, lo que genera "situaciones de evidente inseguridad que afectan tanto a su integridad física como moral", ha subrayado la Fundación Franz Weber.

También ha asegurado que el suceso de Fermoselle no ha sido el único fallecimiento de este año en España relacionado directamente con la caza.

Del mismo modo, ha hecho referencia al riesgo que supone el consumo de bebidas alcohólicas en las jornadas de caza por el peligro que entraña el uso de un arma de fuego, por lo que ha considerado que la única tasa aceptable mientras se portan armas debería ser cero.