Un luctuoso suceso ensombrecía el día festivo de ayer en Fermoselle. La villa de los Arribes lloraba la pérdida de un joven vecino fallecido en un accidente de caza.

El fatídico siniestro ocurrió en torno a las 11.30 horas en un paraje del término de Fermoselle conocido como Las Llagonas. La víctima del accidente, un hombre de 26 años, estaba cazando en una zona rocosa cuando recibió un disparo de su propio arma.

Al parecer, el joven sufrió un resbalón con tan mala fortuna que su arma se accionó y él mismo fue el objeto del disparo. El resto de cazadores escucharon el disparo y cuando acudieron en su ayuda se encontraron con el funesto desenlace.

La noticia ha caído como un inesperado jarrón de agua fría en todo Fermoselle, muy en particular en la comunidad de cazadores de la villa, que “tienen una relación muy estrecha y especial entre ellos”, apuntaban fuentes municipales. Pero sobre todo, entre los parientes y amigos del finado.

El joven de 26 años pertenecía a una familia hispanoportuguesa, con padre fermosellano y madre de Bemposta, la localidad lusa que está junto al otro lado del río.

Además, era un vecino muy participativo en la vida cultural de Fermoselle, de hecho formaba parte de la Comisión de Festejos y colaboraba activamente en la organización de las fiestas de verano, incluyendo la elección de las orquestas.

Los Servicios de Emergencias activaron un protocolo de ayuda psicológica para ponerlo a disposición de la familia directa del joven así como de sus compañeros de caza, según informaban las mismas fuentes municipales.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Festejos enviaba un comunicado a las peñas de Fermoselle expresando en nombre de la Comisión “nuestro más sentido pésame por el fallecimiento de nuestro querido amigo” que “durante estos años ha sido un pilar fundamental en el grupo de trabajo, queremos recordarle con palabras de gratitud y cariño ¡Gracias! Siempre estarás en nuestro corazón”.