El 5 de octubre de 1912 llegaba al mundo en Mayalde (Zamora) Atilana García Holgado. 110 años contemplan a esta vital y positiva mujer que acaba de entrar en el cada vez más reducido grupo de personas extraordinariamente longevas.

Atilana ha celebrado su cumpleaños, con unos días de retraso, en casa de uno de sus hijos, de 88 años, en Mayalde, cumpliendo con la tradición de dar buena cuenta del bollo maimón. Es el dulce que acompaña los cumpleaños de esta anciana, nacida en el seno de una familia de panaderos. Hoy es su sobrino el que se encarga de prepara el bollo para una mujer que ya pasará a la historia de Mayalde y de la provincia de Zamora como una de las más longevas.

En esta ocasión la celebración de los 110 años ha tenido que posponerse unos días porque el 5 de octubre la señora Atilana estaba convaleciente en el hospital. Aunque su avanzada edad ponía en alerta al equipo médico, lo cierto es que la anciana salía airosa del contratiempo y pudo volver a casa haciendo la misma vida que antes del susto de la neumonía.

Allí la esperaba el bollo maimón encargado por ella misma para soplar las velas con los orondos 110 años que sitúan a la señora Atilana entre las personas más mayores de Castilla y León.

Atilana García Holgado es la mayor de tres hermanas –las dos pequeñas ya fallecidas–, se casó con Rafael Mesonero y tiene una hija y 2 hijos, de 88, 84 y 75 años. Vive en casa de dos de ellos y tiene 2 nietas y 2 nietos, 3 biznietas y un biznieto.

Dos pandemias

No fue fácil la vida de una mujer a la que le sorprendió la epidemia de la gripe española con seis años. Un episodio que recordó durante la pandemia del COVID 19. “¿Se ha pasado la peste?” ha sido una pregunta insistente. Incluso ha recordado a su familia momentos dramáticos de la gripe de 1918, como cuando se encontró a la puerta de la panadería varios cuerpos. Era tan solo una niña, pero Atilana aún es capaz de recordar vivencias con una lucidez sorprendente.

“La mantiene viva la vitalidad y la actitud tan positiva que tiene ante todo” cuenta su nieta Carmen. Atilana es “alegre y optimista”, le encantan los bailes tradicionales y ha enseñado a varios grupos de danza. Le hubiera gustado dedicarse al corte y confección, pero los derroteros de la vida le llevaron por otros caminos.

Se quedó viuda a los 40 años y hubo que sacar adelante a tres hijos. En realidad tuvo cinco pero dos murieron pequeños. Los tres supervivientes emigraron a Alemania y hasta allí viajó la madre para visitarlos. Es la razón de que parte de su descendencia se encuentre en el extranjero. Y de que una de las felicitaciones que han presidido el cumpleaños de Atilana haya llegado de Holanda.