Arropada por familiares, amigos y trabajadores de la residencia “Ciudad de Toro”, Rosario López Beato ha cumplido un siglo de vida, con una inolvidable fiesta en la que afloraron recuerdos del pasado y vivencias del presente. Rosario nació en octubre de 1922 en Toro y fue la mayor de siete hermanos. De su larga trayectoria vital recuerda con especial cariño una infancia “feliz”, que compartió con otras niñas con las que jugaba a la comba, el escondite, los alfileres o los cromos. La infancia dio paso a la juventud en la que Rosario conoció a Antonio con el que, tras contraer matrimonio, compartió una vida repleta de felicidad.

En los primeros años de unión, la pareja vivió en Tordesillas, localidad vallisoletana en la trabajó en una finca agrícola. Años más tarde, Antonio y Rosario se trasladaron a Toro y abrieron una tienda de confección conocida como “Los Beatos”, en la que trabajaron “mano a mano” hasta su jubilación. La pareja tuvo un hijo, Antonio, y disfrutó de una vida en común de la que Rosario recuerda con emoción los viajes que realizó con su marido.

En la actualidad, Rosario recibe los cuidados que precisa en la residencia “Ciudad de Toro”, aunque su estado de salud es “bueno” y sigue disfrutando de la vida cada día, tomándose un “chupito” o saliendo de paseo para saludar a sus amigos y conocidos.