Luis Blanco Casado nació el día 24 de octubre de 1963 en Valer de Aliste. Lleva once años como alcalde pedáneo y a la vez concejal del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Gallegos del Río (Domez de Alba, Valer, Flores, Tolilla, Lober y Puercas).
–¿Cómo llegó a la política?
–Pasé toda la infancia en Valer con mis padres Pascual y Emilia. Culminada la EGB con catorce años emigré a Gijón desarrollando mi vida laboral en Asturias. Al regresar, en 2007, entré en la política de la mano del histórico alcalde Francisco Mezquita Ferreras.
–¿Cómo está compuesta la Corporación Municipal?
–Antaño el Ayuntamiento de Gallegos del Río contaba con nueve concejales, pero al situarse por debajo de los mil habitantes ahora la componemos solo siete: Pascual Blanco Martín de Domez como alcalde, Manuel Campesino Carbajo de Gallegos del Río, Luis Blanco Casado de Valer, Andrés Alvarez Gago de Puercas y Bernardino Teso Martín de Flores, del PP; y Álvaro Blanco Salvador de Domez y Oscar Blanco López de Valer, del PSOE. Entre todos trabajamos, unidos, para intentar llevar el progreso y el desarrollo a los pueblos, siempre con la colaboración de nuestros vecinos que siempre serán lo más importante.
–¿Cuál cree usted que es ahora mismo el principal problema del medio rural alistano?
–La despoblación galopante que sufrimos todos los pueblos. Por desgracia los jóvenes tienen que seguir emigrando para buscarse la vida lejos de su tierra. Hace un siglo el municipio ya era uno de los más importantes de Zamora pues había 1.537 habitantes. Durante la Guerra Civil se inició una espectacular subida que nos llevó a 1.723 residentes en 1940. En 1950 el municipio alcanzó su mayor esplendor con 1.790 empadronados. En los años sesenta comenzó la emigración a Suiza, Alemania, Francia, Asturias, País Vasco, Cataluña y Madrid y en veinte años perdimos 311 vecinos. Hoy somos 464 residentes: 260 hombres y 204 mujeres. Hay un grave problema con el recambio generacional pues sólo contamos con tres niños menores de quince años y cuatro adolescentes de quince a veinte años.
Nuestra prioridad es mejorar la calidad de vida a todas las familias en los siete pueblos
–¿Cuáles son las prioridades de la Corporación Municipal?
–Mejorar la calidad de vida a todas las familias que viven en nuestros siete núcleos de población. Eso sólo se consigue ofreciendo unos servicios públicos y unas infraestructuras básicas acordes con las necesidades y los tiempos que vivimos. Hay mucha población mayor y ha sido un gran acierto poner en marcha el comedor social en colaboración con el Ayuntamiento de San Vicente de la Cabeza.
–¿Cómo está la situación en un año marcado por la fuerte sequía y la falta de lluvias?
–Mal. En Valer contamos con cuatro ríos y ahora mismo, desde septiembre, sólo corre el Frío que cruza por el centro del pueblo. El Aliste, Espinoso y Cebal llevan secos desde junio, y lo mismo pasa con el Mena en Tolilla y Lober. Con los acuíferos bajo mínimos y los ríos secos unos de los problemas está en los lugares donde abrevar el ganado de ovino y vacuno.
–¿Está garantizado el suministro de agua a la población?
–De momento sí, aunque han existido problemas puntuales en que hubo que abastecer con cisternas a Valer y Gallegos y con garrafas a Flores. En Valer nos hemos abastecido desde siempre y sin problemas con dos manantiales que dan abundantes y buenas aguas ubicados en Retalagua y Valdefrolina hacia la Sierra. En el mes de julio comenzaron a flojear y por ello la Diputación con el apoyo del diputado Javier Faúndez Domínguez y el Ayuntamiento de Gallegos del Río y Pascual Blanco Martín, perforamos un pozo de sondeo en Valedefrolina, de 80 metros de profundidad, que da alrededor de 5.000 litros a la hora. De momento nos hemos podido ir arreglando gracias a un uso responsable y al arreglo de varias averías en la red y no hemos tenido que utilizarlo. El próximo paso será habilitar la caseta para la bomba de extracción, con placas solares.
–¿Qué otras actuaciones habéis realizado en materia de abastecimiento de agua?
–Al tener que utilizar pozos de sondeo uno de los problemas ha sido el alto índice de minerales en el agua como el hierro, arsénico y manganeso. Por ello la Diputación ya ha construido y puesto en marcha tres nuevas estaciones de tratamiento de agua potable en Domez, Lober y Flores, más una portátil en Tolilla. En Gallegos del Río se perforó el pasado verano un nuevo pozo de sondeo. Así mismo con los fondos de Planes Provinciales estamos actuando ahora en la renovación de parte de las redes de los pueblos cambiando el PVC con cuarenta años de antigüedad por otras de polietileno para erradicar las continuas averías.
–Sin carreteras no hay progreso. ¿En que situación están las vías de comunicación provinciales en vuestro municipio?
–Muy bien pues la carretera de Zamora a Mahíde, que vertebra el municipio, ha sido renovada en los últimos años con una nueva y capa de rodadura desde su inicio en la Avenida de Cardenal Cisneros en Zamora capital hasta Bercianos. En Valer ya se adecentó el acceso sur y esperamos hacer lo mismo con el acceso norte. Uno de los objetivos a corto plazo es mejorar con nuevas capas de rodadura de aglomerado las travesías de Domez, Gallegos y Valer. A ello se une que este verano se afrontó la adecuación y mejora de la carretera de “El Sierro” que une la Nacional 122 con la Zamora-Mahide, así como la que va de Gallegos a Rabanales por Tolilla y Lober.
–¿Están actuando en la recuperación y mantenimiento del patrimonio material e inmaterial de vuestro pueblo?
– En ello estamos. A lo largo de esta legislatura desde el Ayuntamiento de Gallegos del Río hemos asumido la restauración del molino harinero de “La Raya” situado en la ribera del río Frío, a unos cuatro kilómetros del pueblo, en los limites con Riofrío. Se ha realizado una restauración magnífica y esperamos que a partir del próximo año pueda ser un centro de interpretación real que funcionando permita a las nuevas generaciones conocer y disfrutar del oficio de la molienda que durante siglos fue parte de la vida de nuestros antepasados. A parte tenemos el molino de “Los Torres” junto al pueblo. El emblema del pueblo es el “Puente de Piedra” construido por los vecinos a prestación personal en 1961 restaurado el pasado año.
La Mancomunidad Tierras de Aliste realiza una magnífica labor con la recogida de residuos sólidos urbanos
–¿Valer, como Aliste, un paraíso natural es cosa de todos?
–Efectivamente. La Mancomunidad de Servicios “Tierras de Aliste” realiza una magnífica labor con la recogida de residuos sólidos urbanos a lo largo de todo el año y ello ha contribuido a evitar que las basuras terminase en los montes y riberas como sucedía hasta su creación en 1997. Hemos restaurado y cerrado el vertedero de “La Portilla” que se creó en 1991 cuando se construyó la “Variante de Manzanera” de la carretera Zamora a Mahíde y que al quedar al lado de ella venían a depositar basuras de todos los pueblos. Mantener limpios los pueblos es tarea de todos y con la llagada del otoño y el invierno debemos tener en cuenta que no podemos depositar en los contenedores ni la ceniza ni restos de barbacoas para evitar incendios.
–¿Ahora mismo cual es la mayor preocupación de los vecinos y de usted como alcalde?
–Uno de nuestros principales valores es el río Frío que, con un recorrido de alrededor de seis kilómetros, vertebra el pueblo desde “Los Bodonicos” en la raya de Riofrío hasta “El Rebollar” que entra en el término de Gallegos del Río. Desde sus orígenes ha sido la principal fuente de vida del pueblo. Nace en los límites de Sarracín y Ferreras de Arriba con lo cual recoge gran cantidad de aguas de la Sierra de la Culebra y en épocas de lluvias solemos tener problemas con las inundaciones pues en sus márgenes crecen miles de alisos a los que se unen las zarzas y maleza dificultando el tránsito normal del agua. Nuestros deseo que se mantenga limpio el cauce mediante limpiezas periódicas. La Confederación Hidrográfica del Duero ya realizó una magnífica labor en la zona de “Las Eras”, “El Soto” y “Pozo del Picaño” por arriba del pueblo. El deseo es que puedan seguir en el tramo bajo de Valer a Gallegos. Si no puede hacerlo la CHD el pueblo estaría dispuestos a hacerlo como se hacia antaño a prestación personal repartiendo el tramo en suertes entre los vecinos que aprovecharíamos la leña para el hogar y limpiaríamos la ribera.
