El encierro de campo celebrado en Jambrina logró reunir a cientos de aficionados taurinos del sur de la provincia de Zamora, especialmente de las comarcas de Tierra del Vino y La Guareña, que disfrutaron de un toro y una vaca que se soltaron en el paraje de Los Cantadales.

El toro corre por el campo de Jambrina. | José Luis Fernández A. B.

Los dos animales corrieron bastante y dieron buen juego durante toda la mañana persiguiendo a los caballos. Más de medio centenar de jinetes participaba en el festejo popular campestre, aunque además de ellos acudió una nutrida multitud que seguía el encierro desde sus vehículos, o moviéndose por la zona en quads, a una distancia prudencial de las reses bravas.

Jóvenes siguen el encierro desde un remolque. | J. L. Fernández

En este fin de semana no había más encierros en la Tierra del Vino, lo que ayudó a conseguir una elevada afluencia en Jambrina, un pueblo acogedor que durante la pasada semana ha recibido con los brazos abiertos a quienes se han acercado a disfrutar con los jabrileños de su Semana Cultural.

Un gran número de vehículos en Jambrina. | J. L. Fernández

En la noche del sábado la plaza del pueblo estaba “a reventar” con la cantidad de personas que habían acudido a bailar con la macrodiscoteca de Alefran. El DJ de Villalazán se ha consagrado como uno de los más populares de la provincia.

Lo mismo sucedió antes y después del encierro, cuando gran parte de los forasteros de desplazaron desde Cantadales a las calles y el bar del pueblo.

El astado persigue a un caballo. | José Luis Fernández

En el sudeste de Zamora la tradición taurina goza de gran arraigo, y en un pueblo como Jambrina nunca faltan los encierros gracias al empeño de los propios vecinos, que aportan donaciones económicas para comprar las reses y organizar el festejo. El Ayuntamiento que preside Rafael Calvo también aportó un donativo de 1.500 euros para hacer el encierro una realidad.

Tras el encierro, las gentes de Jambrina despidieron su Semana Cultural con un animado desfile por las calles que organizaba la Asociación de Amas de Casa y amenizado por una charanga que hizo vibrar hasta al último de los jabrileños. El recorrido terminó con una merienda-cena a base de tortillas en la Plaza Mayor, como punto y final a la semana más especial de Jambrina.