La Opinión de Zamora

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La última tarde del “maestro”

Villalpando llora y el mundo del toreo despide a Andrés Vázquez, rodeado de amigos y compañeros que reivindican su figura como diestro y su gran corazón

El pueblo de Villalpando se entrega en la despedida del diestro zamorano Andrés Vázquez, en su pueblo natal, al que acudieron toreros, novilleros y banderilleros y apoderados de toda España. | | | DOMINGO ÁLVAREZ

Villalpando despedía ayer no solo a uno de sus ilustres hijos, sino a uno de los grandes dentro del toreo del siglo pasado, “capaz de ponerse frente a un toro a sus 80 años” hace una década, “algo que solo él podía hacer y que demuestra su valía”, recordaba emocionado su discípulo y admirador rendido el diestro zamorano Alberto Durán.

La iglesia se quedó pequeña para dar el último adiós al torero | | | DOMINGO ÁLVAREZ

Su partida este 17 de junio “supone la pérdida de la mejor figura del toreo de nuestra tierra, un referente, un espejo en el que mirarse, una fuente en la que yo he bebido”, añade Durán que ayer le dedicaba su faena con los astados en el coso de la localidad salmantina de Sancti-Spíritus, “que era una de sus plazas preferidas, fetiche”. Un minuto de silencio tras el paseíllo constituyó el homenaje a Andrés Vázquez, “El Nono”, a petición de Durán.

Detalle de la capilla ardiente del torero de Villalpando instalada en el Ayuntamiento. DOMINGO ÁLVAREZ

Mientras, a Villalpando llegaban para dar su último adiós al diestro terracampino destacadas personalidades del mundo taurino, como los cercanísimos toreros Israel Lancho o Luis Miguel Villalpando o el ganadero Vitoriano Martín, con cuyos astados fue el primero en triunfar el maestro zamorano; además de otros matadores, novilleros y banderilleros, como el salmantino Álvaro de la Calle, con quién tenía amistad.

Los vecinos y amigos del diestro durante el funeral. Domingo Álvarez

No faltaron a esta última cita con el maestro novilleros llegados desde distintos puntos de España, entre ellos el último de sus alumnos Benjamín “el alegre gijonés”. Ni el presidente de Asprot, Luis Miguel Calvo, e integrantes de la Asociación Internacional de Tauromaquia y representación del Foro Taurino de Zamora. Ni el director de cine Juan Figueroa, artífice la película “Sobrenatural” que relata la vida de “El Nono”, que se alzó con el VI Premio de Tauromaquia de Castilla y León 2020 que reconoce su peso dentro del arte del capote.

Capilla ardiente del torero zamorano instalada en el Consistorio de Villalpando. Domingo Álvarez

Era la despedida de quien desprendía alegría, “era todo un personaje en el buen sentido de la palabra, con muy mal carácter a veces, pero con gran corazón, muy gracioso. Tenía mucho arte”, resume Durán que le conocía bien.

Unidos no solo por la lidia, sino por la afición a la caza con galgos y caballos o al flamenco, “él cantaba muy bien. Hasta para eso tenía su personalidad y su carácter”.

Amigos de Andrés Vázquez trasladan su féretro desde el Ayuntamiento a la iglesia de Villalpando. Domingo Álvarez

Durán lamentaba no poder acompañar al maestro en Villalpando. El féretro, cubierto con la bandera de España, salió poco antes de las 20.00 horas hacia la iglesia desde el Ayuntamiento, en el que se instaló la capilla ardiente. Sus amigos lo sacaron a hombros, con gesto apesadumbrado, visiblemente emocionados por el fallecimiento del diestro.

El Coche fúnebre a las puertas del Ayuntamiento. Domingo Álvarez

El silencio de las calles solo se rompió para dar paso a los aplausos de quienes admiran a la figura más importante del toreo que ha dado Zamora. Le ovacionaron como tantas veces al salir por la puerta grande del coso. Y llenaron el templo para mostrarle su cariño y respeto en su última tarde en la villa.

Andrés Vázquez Alberto Durán saludan antes de iniciar la faena.

Andrés Vázquez Alberto Durán saludan antes de iniciar la faena. Cedida

Al margen de la admiración del pupilo hacia su maestro, Alberto Durán destaca “el respeto en cuanto a lo artístico”, una cualidad que quienes lo conocieron de cerca atesoran en sus recuerdos.

Esa admiración terminó por fraguar una “muy buena relación” entre el ilustre zamorano y su discípulo. Esas horas de conversación sobre el toreo, “esas reuniones para torear de salón juntos, para entrenar”.

“Era todo un personaje en el buen sentido de la palabra, con muy mal carácter a veces, pero con gran corazón, muy gracioso. Tenía mucho arte”

Alberto Durán - Torero zamorano y alumno de Andrés Vázquez

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Al concluir el oficio religioso presidido por los restos del maestro junto a una fotografía vestido de luces, capote en mano, el cortejo fúnebre tomó camino hacia el cementerio, donde descansan sus restos desde ayer.

El cariño y la veneración al apasionado Andrés Vázquez se dejaba ver entre los asistentes al funeral. Así lo recordaba Durán, “se ha ido un maestro del que he aprendido muchas cosas”. Una despedida “con mucho dolor”, remarcaba el torero zamorano que se considera más que alumno del fallecido.

Amigos de Vázquez se dirigen al cementerio para dar sepultura al féretro. Domingo Álvarez

La generosidad de Vázquez y su dedicación plena al toro permitieron a Durán pulir su técnica con uno de los grandes, como le gusta decir, “me seguía ayudando” a pesar de su edad, “me iba Villalpando y charlábamos sobre lo que hace un torero para prepararse”. Y como buen maestro, no dejaba de la mano a su alumno, “me ha seguido mucho por donde yo he toreado”, remarca Alberto Durán.

Funeral de Andrés Vázquez en Villalpando. Domingo Álvarez

Con la emoción a flor de piel, trae a la conversación a ese “hombre con mucho carácter, hecho a sí mismo, con mucha personalidad”, pero que destacaba en lo personal como “muy sencillo”. Pero tocado, como “los dioses o genios, por la genialidad como torero”.

Esa magnitud como una de las primeras figuras de los ruedos del siglo pasado la “ha demostrado hasta hace poquísimo, no solo cuando mató a un toro con 80 años”, en una corrida memorable para Zamora, sino por la intensa actividad ligada a la lidia.

"Junto a él he comprendido porqué uno nace torero. Es una profesión vocacional y él lo llevaba hasta lo más profundo"

Alberto Durán - Diestro zamorano y discípulo de Andrés Vázquez

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Un ramo de flores, sobre el busto del Vázquez que preside la entrada a la plaza de Toros de Zamora. Cedida

Afortunado “por haber podido vivir unido a él en estos años, por haberlo disfrutado tanto, junto a él he comprendido porqué uno nace torero. Es una profesión vocacional y él lo llevaba hasta lo más profundo. Siempre se dice, pero en este caso es vedad: Es uno de los grandes de la historia del mundo taurino, más reconocido fuera de Zamora que dentro". Y remacha: "Si hubiera nacido en otro lugar, otro gallo le habría cantado”.

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