Los residentes en los pueblos españoles de frontera hispanolusa sufren la incomprensión y la desconexión de telefonía móvil. Contratan con compañías españolas que operan en territorio español y reciben servicio de las compañías portuguesas y precios internacionales. Entremedias una factura desorbitada por el cobro del “roaming”.

Sara Garrido desde la Tejera, con dos móviles, uno en cada mano, con compañías españolas diferentes y un único resultado “no tenemos cobertura” o en el mejor de los casos “algunas veces sí”.

En su teléfono se acumulan reclamaciones, quejas y contestaciones de las operadoras. “No es posible tramitar abonos ni devoluciones al respecto, al ser correcta la tarificación realizada y superar el consumo en “roaming” (al conectarse a la red móvil de Portugal)” contesta la compañía Vodafone a una de sus numerosas reclamaciones. Tiene “para escribir un libro de mensajes” escribe en su móvil. Escribir un libro sí pero hablar por teléfono y manejar las Apps de telefonía, parece que no.

Quejas de vecinos de La Tejera por la “desconexión” del teléfono móvil

Su vecina estadounidense y afincada en el pueblo no puede dar sus clases “On line” por el fallo sistemático de la red. “Ahora estamos con la wiffi del pueblo y dentro de sus limitaciones “me entran los mensajes, fotos y vídeos y, aunque se corta, y se oye mal puedo hablar por WhatsApp”.

Entrar en plataformas de entretenimiento o televisión si no es imposible es dejar en el pago el jornal.

También abundan las contestaciones para dirigirse a la “web” donde le explican “todos los detalles al respecto de las condiciones legales de roaming”. El hecho es que como reconocen las compañías, vía mensaje a los usuarios, “las coberturas de cada país se pueden llegar a solapar como es el caso de Sanabria, donde además de la cobertura española es posible que llegue la cobertura portuguesa”. La solución “desconectar la itinerancia”. Desconexión que ha probado Sara.

Cualquier cosa puede acontecer con la telefonía en la frontera si estando a decenas de kilómetros, en la Cascada o “Caidero Calagua” de Sotillo o en el ascenso a la Cascada del Agua Cernida de Terroso y San Martín, la operadora que entra en línea recta y sin ningún obstáculo es la asentada en suelo luso.